martes, junio 30, 2009

Cubanito - Flash back moment


Hoy me he propuesto hacer una regresión a Cuba, a través de uno de los descubrimientos que he hecho en la isla, el Cubanito. Se trata de un coctel, de los muchos que hay a base de ron, que por alguna sutil diferencia, casi podría decirse que es un Bloody Mary, casualmente mi combinado favorito junto con el Mojito.

La verdad es que nos costó tomarnos un buen Mojito en nuestro viaje a Cuba. En Santiago fue misión imposible, parecía que el factor determinante para hacer un buen combinado era ponerle mucho ron, y de paso poca gracia. En el resort de Guardalavaca había unos expertos bartender, a la altura del lugar, que preparaban excelentes bebidas. Pero el coctel oficial de ese tramo del viaje, acabo siendo la Piña colada que preparaban a base de zumo granizado. Ideal para tomar en la playa.

En La Habana el mundo de la coctelería es mucho más profesional, y la competencia entre locales hace que puedas disfrutar del ron de una forma más superlativa. El Cubanito estaba desde un principio en la lista de experiencias imprescindibles que vivir en Cuba, pero no fue hasta la cita con Mario y Gisela (nuestros amigos gourmets), cuando tuvimos oportunidad de probarlo.

Con el calor insoportable del medio día, en la terraza a la sombra del toldo, con Compay de fondo y con un Cubanito en la mano, he tenido una regresión digna de una médium. Como echo de menos Cuba…

Ingredientes
Ron Havana Club Añejo Blanco
Zumo de tomate
Zumo de limón
Salsa Perrins
Tabasco
Sal
Hielo

Elaboración
Poner en el vaso de la coctelera el zumo de tomate, un tapón de ron, un chorrito de zumo de limón, unas gotas de salsa Perrins, Tabasco al gusto (mi drama ha sido descubrir que se había acabado, con lo yonki del picante que soy), una pizca de sal y unos cuantos hielos.
Agitar con gracia la coctelera, a poder ser al ritmo de rumba, y servir muy frío acompañado de unos cacahuetes con miel y sal, u otro tipo de frutos secos.

Sakura Mix, microvegetales de Koppert Cress

Todos los que me conocen, ya saben que el mejor regalo que pueden hacerme es algo relacionado con la cocina. Es verdad que tengo casi de todo (ingredientes, utensilios, libros…), y es difícil sorprenderme, pero si alguien lo consigue, se lleva el premio gordo. Imaginaros mi cara de asombro cuando Marian, una de mis alumnas, se presentó con esta impresionante caja de de germinados.
Sakura Mix es el nombre comercial del surtido de micro vegetales de la marca Koppert Cress, especialista en cultivo de plantas, flores y minihortanizas, muy conocida y demandada en las cocinas profesionales. Esta caja contiene múltiples bandejas de brotes de rabano negro, shiso morado, cebollino, mostaza, borraja y el, para mí, desconocido tahoon.

Las posibilidades que ofrecen esos interesantes ingredientes, son muy amplias, aunque su uso se reduzca a la presencia de apenas 4 o 5 brotes, en las elaboraciones de alta cocina. Para que su uso sea rabiosamente chic, se recomienda colocar los brotes con precisión quirúrgica, con la ayuda de unas maxipinzas.

De una forma menos sofisticada, usé algunos de estos brotes para hacer un pesto, acompañar otras hierbas en ensalada, y también guarnecer unos rollitos de verano vietnamitas. Realmente, creo que no supe sacarle el partido suficiente, bien porque me apabulló la rareza los ingredientes, o bien porque sólo se trata de un toque de sofisticación, más que un ingrediente en si mismo. Aunque muy sugerentes, los micro vegetales todavía no se comercializan en envases para uso doméstico, por lo que no resulta rentable adquirir una caja de estas proporciones.

Se conservan en la nevera durante más de 10 días, aunque es una buena idea conservar algunos de los brotes y plantarlos, como he hecho con el shiso morado, con la esperanza de poder tener hojas frescas y posteriormente, semillas.

Si alguien de la zona está interesado en conseguir estos micro vegetales, puede hacerlo en el puesto de Frutas y Verduras Zabalza, en el
Mercado Municipal del Ensache. Se sirven bajo pedido, cuesta 12€ y se entregan los martes.

¡Gracias Marian!

Helado por un tubo




Necesario, lo que se dice necesario, no es. Pero ¿a que mola?
Cuchara apiladora para helado de Cuisipro

lunes, junio 29, 2009

La Noche de los Jovenes Navarros 2009

El pasado 25 de junio, se celebró en Pamplona, la segunda convocatoria de La noche de los Jóvenes Navarros. Una actividad promovida por el Consejo Regulador de los Vinos Denominación de Origen de Navarra, para impulsar el consumo de vinos jóvenes navarros, entre la juventud navarra, en la que se pudo disfrutar de performances, música en directo, danza, pintxos y por supuesto del vino navarro.

Más de mil personas se dieron cita la calida noche del viernes, en el patio de la Sala de Armas de la Ciudadela, para disfrutar de una velada donde el vino fue el principal protagonista. El objetivo de este evento era incentivar el consumo de vino, como una alternativa a otras bebidas espirituosas mucho más populares a la hora de ir de marcha, como pueda ser la cerveza, licores o destilados. De hecho, además de vinos blancos, tintos y rosados, pudimos disfrutar de cuatro atrevidos cócteles a base de vino, confeccionados por el bartender Carlos Rodríguez de The Jumping Jester. Sorprendentes combinados de vino rosado con fresas y mandarina, o moras, piña y blanco Chardonnay, además de granizado de tempranillo con cola, y moscatel, fresas y piña. Unos cócteles verdaderamente bien combinados, que esperemos se pongan de moda y los podamos disfrutar más a menudo.

Como no podía ser de otra forma, los vinos iban acompañados de un surtido de pintxos, que corrieron de la mano del restaurador Enrique Martínez del restaurante Baluarte. Bolitas de queso de cabra con tempura de calamar, vasitos de crema de queso con parmesano y manzana, bocaditos de foie y maíces tostados con pan tostado de pasas, txapatas de pimientos, papada y queso, hamburguesas de ternera con queso, huevo de codorniz y pimiento, o bocadillos del famoso ragout de ternera de Baluarte.

La noche estuvo amenizada por performances relacionadas con el vino, a cargo de Star Performances, la actuación de Compagnie D12, que realizó un llamativo número con zancos y luces y también contamos con la actuación del grupo navarro THC. Al finalizar la noche se realizó un sorteo con interesantes premios: viajes en globo, viajes para seis personas a una capital europea, discos duros y cenas en Baluarte. Además al terminar la fiesta, cada uno de los asistentes recibía un rasca y gana, con el que se podían ganar botellas de vino, cursos de cata, enfriadores de vino y muchos premios más.
Aunque la fiesta fue todo un éxito de convocatoria, hay que decir que la organización tuvo fallos importantes en la organización. Las cuatro carpas destinadas a servir los tres tipos de vinos, con sus correspondientes pintxos y la de los cócteles, estuvieron completamente desbordadas de público, debido a su reducido tamaño. En determinados momentos de la noche, era imposible acercarse a por algo de comer o beber. Tanto los vinos como los pintxos se acabaron, sin que muchos hubiésemos podido aproximarnos a la carpa correspondiente, para poder probarlos. En el aspecto técnico, el sonido era claramente deficiente, ya que situados a escasos 50 metros frente al escenario, no se oía prácticamente nada. Particularmente, el fallo más incuestionable, fueron las cuatro antihigiénicas letrinas portátiles que se instalaron para atender a los (muchísimos) más de mil asistentes a La Noche de los Jóvenes Navarros. Creo que una fiesta elegante y cool como esta, merece una infraestructura mucho más cuidada, que permita atender en buenas condiciones a los asistentes, o en su defecto, hacer la fiesta con un aforo más reducido. No obstante, felicito a CRDN por la organización de este evento, y espero que tome nota de estas sugerencias, para próximas convocatorias.

sábado, junio 27, 2009

Cortos, cortes y cristales

Voy a relatar una desagradable situación sucedida hace unas semanas en un restaurante de Pamplona. No se trata de experiencia vivida en primera persona, pero si por alguien de mi completa confianza, mi hermano David, que a la vuelta de mis vacaciones me contaba la siguiente historia.

Por motivos de trabajo mi hermano tiene que comer muchas veces fuera, algunas veces con clientes y otras con gerentes de las empresas a las que representa. Uno de los restaurantes de cabecera, que frecuenta por estar muy cerca de sus oficinas, es el
restaurante del Hotel Zenit, a las afueras de Pamplona. Yo misma he comido allí en varias ocasiones, tanto a la carta, como menú del día, y hay que reconocer que su cocina es aceptablemente buena.

Como contaba, no hace muchos días, David asistió a una comida de negocios con otra persona en el restaurante del Hotel Zenit, y pidieron un menú del día para cada uno (19€ persona). El acompañante de mi hermano pidió de primer plato unos crepes rellenos, que atacó con el apetito propio de la hora, en cuanto se lo sirvieron. Sólo introducirse el primer bocado a la boca, comienzó a poner unas caras raras y mi hermano le preguntó alarmado que sucedía, pero él no le podía responder. Después de unos segundos de muecas y gestos extraños, el colega de mi hermano se lleva la mano a la boca, de la que se saca un trozo de cristal de generoso tamaño. Sí, como lo leéis !cristal!

El trozo de cristal parecía corresponder a parte de la boquilla de un botellín de refresco o cerveza. Inmediatamente dan parte al servicio de sala, que pide disculpas, con la misma importancia que si lo encontrado en los crepes fuese un simple pelo. Restituyeron el plato por otro nuevo y aquí paz y después gloria.

El hecho me parece de una alarmante gravedad, porque las consecuencias de ese cristal podrían haber sido del todo catastróficas, tanto por los cortes que podría haber producido en la boca, como por la fatalidad que hubiese supuesto su ingestión. Que un trozo de cristal acabe en un plato, es algo inconcebible en una cocina donde se funcione de forma mínimamente profesional. Pero para el equipo de restauración de Zenit, el hecho no debe de ser tan grave, porque ni el encargado se acercó a dar explicaciones y pedir disculpas, ni tuvieron el detalle de invitar a la comida. El único gesto que tuvieron, fue la deferencia de no cobrar un suplemento de 1.50€ que llevaba uno de los segundos platos de la comanda. Simplemente increíble.

No es la primera vez que oigo casos de similar importancia (una mosca frita dentro de una tortilla en un bar de la ciudad, o una cucaracha en una copa de un prestigiosísimo restaurante pamplonés recientemente cerrado por jubilación, por poner algunos ejemplos), donde la dirección del local no tiene la cortesía de compensar por daños y/o perjuicios que hayan podido ocasionar. Posiblemente si el encargado del restaurante Zenit, hubiese salido a dar la cara y hubiese tenido el detalle de invitar a la comida (estamos hablando de 40 cochinos euros), la sensación con la que mi hermano y su acompañante salieron de allí hubiese sido otra. Finalmente, y después de comer a disgusto, se fueron de allí sin ni quiera tomar los postres, con la clara idea de no volver a poner un pie jamás en ese restaurante.

No pretendo en ningún caso desprestigiar al restaurante Zenit, del que ya he dicho tiene una cocina correcta. Lo que pretendo poner en evidencia, es la poca responsabilidad que tienen muchos locales, ante situaciones graves de seguridad e higiene. También me gustaría transmitir que, como clientes, tenemos que habituarnos a reclamar cuando haya situaciones inaceptables en un restaurante. Estamos acostumbrados a presentar quejas en otro tipo de negocios, pero en cuando se trata de restauración, bien sea por pudor o por falta de información, dejamos los fallos correr, sin hacer valer nuestros derechos como consumidores.
Actualización: Zenit rectifica

jueves, junio 25, 2009

Cubania II

Caletica de Playa Esmeralda
Después de dos días escasos en la ciudad de Santiago de Cuba, partimos rumbo a la provincia de Holguin, para disfrutar de las magnificas playas de Guardalavaca. Playa Esmeralda es un paraíso espectacular de aguas azul turquesa con arrecifes de coral, rodeado de la verde selva del Parque Natural Bahía de Naranjo, que por fortuna, no sufre la masificación de Varadero o los Cayos. Fue todo un acierto elegir para alojarnos el mejor resort de la zona, el Paradisus Río de Oro. A diferencia de otros hoteles similares, no se admiten niños, y el régimen es Ultra Todo Incluido (juro que se llama así), ni siquiera es necesario llevar pulsera.
Una de las millones de flores del Resort Paradisus Río de Oro
La mayoría de los clientes del resort, eran ingleses que pasan en Cuba una o dos semanas de vacaciones, sin salir para nada de las lujosas instalaciones. De hecho el diminuto aeropuerto internacional de Holguin, tiene a diario vuelos directos a Inglaterra. Sorprendentemente, y a pesar de la gran cantidad de alcohol disponible, los ingleses se comportaban con una diplomacia y saber estar dignos de mención. Lamentablemente, son los españoles los que tienen fama de ser como una plaga de langostas borrachas en los TI.

Aunque el lugar contase con un encanto sin igual y las instalaciones fuesen dignas de un sultán, la estancia en este tipo de complejos, te hace olvidarte de la realidad cubana. Llega un momento que bien podrías estar en México, en Santo Domingo o en Jamaica, lo que te hace plantearte si realmente has ido hasta Cuba para eso… Contaré más detalles sobre Paradisus en los capítulos gastronómicos del viaje, pero me gustaría resaltar el carisma de la gente de la zona. Fue una auténtica delicia tratar con personas tan amables; todo el mundo saludaba y cruzaba un par de frases amistosas, sin resultar jamás pesados, entrometidos o interesados, sinceramente algo fuera de lo común. Habrá quien pueda pensar que tras esa simpatía, se esconde la recompensa de una propina, pero hablando con gente de otros puntos del país, nos contaron que a los holguineros les precede la fama de educados y corteses. Precisamente Fidel Castro es oriundo de esa provincia.
Boca de riego china
Después de varias sesiones intensas de playa, hamaca, jacuzzi y piñas coladas, nos pusimos rumbo hacía La Habana en el vuelo más peculiar que me ha tocado vivir. Las azafatas reñían al pasaje constantemente; por hablar durante las explicaciones de seguridad, por levantarse antes de tiempo… y lo mejor de todo es que algunas de las broncas eran directamente por megafonía. Como nota gastronómica, contaros que el aeropuerto de Holguín se vendían bocadillos de mayonesa (sí, sólo mayonesa), de mantequilla, o de croquetas.
Mural de Ernesto Che Guevara en el edificio del Ministerio del Interior, en la Plaza de la Revolución
Llegar a La Habana supone una sobredosis de sensaciones, sobre todo si llegas de noche y una de las primeras cosas que ves es el imponente Monumento a José Martí y el mural del Che, ambos iluminados. La Habana es una ciudad de gran extensión, y nos pareció una buena idea contratar un servicio de guía, en minivan climatizado, para hacer una primera toma de contacto con la ciudad. A diferencia de Santiago, donde la falta de turistas nos permitió una excursión intima con la guía y el taxista, de la que aprendimos mucho, en La Habana, la actividad consistía en una mezcla a partes iguales de propaganda sobre los parabienes del régimen castrista y paseos por humidores (cavas climatizadas donde se venden los habanos) y locales de mojitos, con la consiguiente comisión para el guía.
La imagen de la portada de la guía Lonely Planet
No tengo interés en hacer una lista de todo lo que se puede ver en La Habana, una guía de viajes es perfecta para ese propósito. Lo que sí me gustaría comentar es, lo carísimas que son las entradas a museos y monumentos en La Habana, algunas rozan directamente la estafa. La Necrópolis de Cristóbal Colón que costaba 1 peso, hasta el 1 de mayo de este año, ha subido la entrada a 5 pesos. La entrada a La Asociación Cultural Yoruba de Cuba costaba 10 pesos ¡tanto como el Louvre de París! Teniendo en cuenta el estado de algunos museos y lo poco que ofrecen, resultan un escándalo semejantes tarifas.
Fachada de una casa de Vedado, La Habana
La Habana es un ejercicio constante de imaginación para recrear la grandiosidad de otros tiempos, a través de sus coches antiguos y sus degradados edificios. La ciudad llora óxido y salitre, mientras sueña con maquillarse con brillantes barnices y pinturas, entre montañas de escombro, socavones y baches. Aunque los andamios que rodean muchos de sus edificios quieran contar que la ciudad está en plena rehabilitación, las hiedras que escalan por los barrotes de metal, delatan una vez más el inmovilismo en el que está sumido el país. Pasear por las calles de La Habana es una de las mejores formas de tomarle el pulso a la ciudad. Recorrer los mercados agropecuarios y percibir la falta de variedad, y la escasa cantidad de artículos, o entrar a las tiendas de electrodomésticos y comprobar que un cubano necesita media vida para pagar una nevera nueva, resulta mucho más ilustrativo que cualquier historia que te puedan contar.
Empresa Cubana de Pan
Muchas son las advertencias que reciben los viajeros sobre los posibles engaños que se pueden sufrir por parte de los pícaros jineteros de La Habana, sobre todo en lo relativo a las estafas con el cambio de moneda (jamás debe cambiarse dinero fuera de las Cadecas o Bancos). Fueron varias las parejas (sí, si viajas en pareja, te aborda un dúo de jinetero y jinetero-chica), que nos invitaban a acompañarlos a un festival de música en conmemoración del 5º aniversario de Compay Segundo. Completamente falso. No sé donde pretendían llevarnos, ni que querían de nosotros, pero huimos en cuanto tuvimos oportunidad.
La música está presente a cada momento en CubaConsigna para invitar la civismo
Lo mejor, si es que se tiene la oportunidad, es hacer amistad con gente de la que ya se tenga referencias. En nuestro caso, un familiar nos puso en contacto con Carlos, un chico estupendo con el que pudimos disfrutar de interesantes conversaciones. Nunca podré olvidar su cara de fascinación cuando le contábamos como funciona Google Maps. Para alguien que nunca ha viajado, y que cada día agota un poco más sus esperanzas de hacerlo, pensar que una aplicación te permite ver las Pirámides de Giza o la Torre Eiffel, casi le deja al borde del colapso emocional.
Insignia de un coche fúnebre de la Necrópolis de Cristóbal Colón
La gran sorpresa que me guardaba La Habana, fue conocer en persona Mario y a su esposa Gisela, dos lectores de este blog. Mario se puso en contacto conmigo y me dio un montón de buenas referencias y consejos para nuestro viaje. La curiosidad que sentía por conocer a un gourmet cubano, nos llevó a descubrir a dos personas interesantes, divertidas y encantadoras, y por supuesto, a comenzar una bonita amistad. Mario tuvo el detalle de regalarme un joya gastronómica, “Delicias de la mesa” un libro cubano de recetas del año 1901. Una larga lista de platos sofisticados, con una mezcla de cocina criolla, española, inglesa y francesa, que revela el refinado paladar de los cubanos de aquella época. El libro ha sido transcrito a versión digital por Mario, al que hay que reconocerle el mérito de asegurar la transmisión este importante patrimonio culinario. Con Gisela y Mario disfrutamos de una maravillosa velada en el ranchón El Sauce, donde vimos actuar en directo a la cantante cubana Ivette Cepeda, que interpretó, con un estilo muy histriónico, temas de Silvio Milanés, Pablo Milanes, Joaquín Sabina o Joan Manuel Serrat. Os mando un fuerte beso a los dos.
Pontiac años 50
Seguramente habrá miles de detalles y anécdotas que me dejo en el tintero, pero a grandes rasgos esta ha sido mi pequeña historia de amor con Cuba. La he querido, me ha irritado, me he reconciliado con ella, y la he dejado con la esperanza de reencontrarme con ella en un futuro y continuar con nuestro idilio. ¡Hasta pronto mi amol!

Os dejo con la banda sonora de mi viaje…

miércoles, junio 24, 2009

Cubania I

Propaganda en Santiago de Cuba
Imaginemos que Cuba no es un país real. Supongamos que esa gran isla de las Antillas, es fruto de la fantasía de un dibujante que ha creado un país disparatado, sorprendente, ingenioso, divertido, entrañable e hilarante. Si a Cuba la hubiesen dibujado, su creador sería Francisco Ibáñez, sus habitantes serían personajes historieta, y su nombre sería Cubania*.
Propaganda en Santiago de Cuba
Propaganda en Santiago de Cuba Propaganda en Santiago de Cuba
Cuba es un ramillete de características singulares, que la convierten en un lugar único en el mundo. Por un lado su doble moneda, pesos convertibles para los turistas y pesos nacionales para los cubanos, que permite poder exprimir los bolsillos de los visitantes, sin que estos se puedan aprovechar de la brecha que crea la descalabrada economía local. Otra de sus singularidades es la práctica simultánea de dos religiones; la santería y el catolicismo. Dos caras de una misma moneda, que los cubanos viven con una naturalidad que pasma a quien ha sido educado en inflexible sistema cristiano.

Pero sin duda lo que hace de Cuba un lugar insólito, es su régimen político. Lejos de lo que pudiese parecer, los cubanos aprovechan cualquier situación para contar a los forasteros lo dura y frustrante que es la vida en Cuba. Lo hacen desde un profundo sentimiento patriótico, en el que no critican abiertamente a Fidel Castro (por él que hay un acentuado respeto), pero sí que reprochan la falta de sentido común y la corrupción de la gran mayoría de los miembros del Gobierno actual. El comandante se ha convertido en una entelequia (del que no se sabe dónde vive, ni si está vivo o muerto), que está rodeado de un sequito de viejas glorias revolucionarias, que hacen gala constante de no ser hijos de su tiempo.
Patriotismo cubano
Patriotismo cubano
Teniendo en cuenta la gran cantidad de divisas que entran al país gracias al turismo, resulta incomprensible que Cuba se encuentre, a nivel estructural, en semejantes circunstancias, aun salvando el injusto tema del bloqueo internacional promovido por Estados Unidos. Los productos que se consumen en los hoteles para turistas, son en su gran mayoría importados, en muchos casos desde España, mientras que Cuba podría producir gran cantidad de esos artículos. Para hacernos una idea, sólo el 15% del territorio cubano está destinado al cultivo, en su mayoría para caña de azúcar y tabaco, con pequeñas porciones de frutales y hortalizas. ¿Por qué no producir para abastecer los complejos turísticos, de los que el propio Gobierno Cubano se lleva el 49% de los beneficios? Nadie sabe dar una respuesta a tal falta de coherencia.
Puesto ilegal de frutas y hortalizas en el arcén de la carretera
Cuba hay que vivirla para poder creérsela, y aun así cuesta verdadero esfuerzo entender ciertas cosas. Cada viajero se lleva una visión diferente del país al que viaja, y Cuba imprime tantas huellas diferentes, como tiros se han disparado para su liberación. La que yo voy a describir en el blog, no es sino la Cuba que yo he perfilado a través de mis experiencias, conversaciones y sensaciones vividas. Aunque ahora desde la distancia, me surge la duda de si Cuba realmente existe…

Nuestro viaje consistió en un paquete vacacional que compramos a última hora, a muy buen precio, pero que tenía el inconveniente de no dejarnos mucho margen de maniobra para hacer cambios fuera de lo estipulado. El plan de viaje consistía en pasar tres noches en Santiago de Cuba, otras tres en las paradisíacas playas de Guardalavaca (provincia de Holguín), y tres más en la fascinante Habana. Aunque lo habitual es dejar la estancia en playa para los últimos días, nuestra ruta establecía ese descanso en mitad del recorrido, algo carente de toda lógica, pero ¿y qué más da ese detalle, en un país donde la cordura, se ha tomado medio siglo sabático?

Lo positivo del trayecto que realizamos, fue comenzar por la antigua ciudad de Santiago de Cuba. Humilde, pero aseada y coqueta, esta localidad no aguanta ni un asalto si compite con La Habana, donde todo es más señorial y magnífico, pero también más canalla y tramposo. Cuna de rebeliones y revoluciones, Santiago nos permitió intimar con la santería y los Orishas. Atendiendo la petición de un familiar, que practica la santería y que, además, se dedica profesionalmente a la danza afro, recorrimos tiendas de música y museos sobre las religiones del Caribe, para comprar todo tipo de material relacionado con el tema.

Casa de las religiones populares - Museo sobre la santería
Casa de las religiones populares - Museo sobre la santería
Casa de las religiones populares - Museo sobre la santería
Desde nuestra óptica distorsionada por unas cuantas dioptrías de miopía católica, una cuestión religiosa como la santería, puede plantearnos ciertos prejuicios. Pero hay una palabra clave que ayuda a entender esta dualidad religiosa: sincretismo. Este término describe la fusión entre la religión católica, que los colonos españoles impusieron a los esclavos africanos, y la cultura yoruba que estos traían de sus países de origen. La creatividad de la que siempre ha hecho gala el pueblo cubano, hizo que a cada uno de los Orishas (deidades africanas) a los que se adoraba de forma furtiva, se le vinculase con un santo católico. De esta forma se continuaba rindiendo culto a sus dioses ancestrales, sin que sus amos cristianos fuesen conscientes del quebrantamiento de la prohibición de prácticas paganas. A través de la veneración a la Virgen de Regla, se honra a Yemaya, con la Virgen de la Caridad del Cobre, a Ochún, con Santa Barbara, a Changó… y así con todos y cada uno de los Orishas de la santería.

La experiencia más impactante de las que he vivido en Cuba, ha sido asistir a una representación del
Ballet folklórico de Oriente en el Gran Teatro Heredia de Santiago de Cuba. Con el motivo de la celebración de su 50 aniversario, el día 11 de junio, se hizo el estreno mundial de la obra “Ochún, Agüé y Ará Ocó”, un espectáculo que mezcla con un impactante resultado la danza afrocubana, los toques de tambores y las penetrantes voces de los santeros. La representación fue de una calidad artística espectacular, destacando la profesionalidad de los bailarines, que ejecutaron la obra con precisión milimétrica. Este tipo de espectáculos no se promueven entre turistas, de hecho éramos apenas cinco extranjeros entre varios cientos de santiagueros, pero si alguien tiene la oportunidad de verlos, no debe dejar pasar la ocasión. Para nuestra sorpresa, el precio de las entradas eran 5 pesos nacionales, con lo que la obra nos costo menos de 20 céntimos de euro.

Santiago fue además un entrenamiento intenso para visitar La Habana con amplia experiencia de cara a enfrentarnos a jineteros (espontáneos cicerones locales que se ofrecen a enseñarte la ciudad a cambio de dinero, favores o comisiones) y otras especies urbanas. Los jineteros de Santiago son los más feroces de toda la isla. El escaso turismo de la zona los hace mucho más incisivos y creativos a la hora de intentar seducirte con su arte verbal. A diferencia de sus colegas habaneros, resultan menos picaros, pero infinitamente más pesados. A pesar de todo, te puedes librar de ellos (tener un antisocial como compañero de viaje siempre ayuda) y recorrer la ciudad a tu aire cómodamente.
Estatua de Antonio Maceo - Plaza de la Revolución en Santiago de Cuba
Museo de ambiente histórico cubano, en la casa más antigua del país
Bosque de los heroes, monumento en recuerdo a Ernesto Guevara
Memorial por los héroes de la Revolución Cañon del Castillo del Morro
Las gentes de Santiago son amables y educadas y, aunque la ciudad no regale muchas bellas estampas, se las ingenian para lucirse frente a los turistas. La basílica de la Virgen del Cobre, patrona de Cuba, y el Castillo del Morro, fortaleza/prisión desde la que se luchaba contra bucaneros, piratas y todo tipo de invasores y rebeldes, son dos de sus tesoros patrimoniales más importantes. Otro de los supuestos atractivos de esta ciudad, es la vinculación de Santiago con las sucesivas rebeliones que se produjeron hasta la victoria de la Revolución. Digo supuesto atractivo, porque la Revolución es un tema tan reiterativo y sobreexplotado en toda Cuba, que acaba por despertar la más somnífera de las desidias. Si me diesen un peso por cada vez que he escuchado el nombre del revolucionario
José Martí, el viaje me hubiese salido gratis.
Cangrejo del tamaño de un coco en el Castillo del Morro
* Comparación que hago desde el cariño y la admiración que siento por el pueblo cubano, que tiene que ingeniárselas para vivir en esa paradoja de patria que es Cuba.

miércoles, junio 03, 2009

Ropa vieja, sabor a Cuba

Ropa vieja
Después de unos días de intensos en Navarra Gourmet, viajé a Zaragoza para asistir al Foro Gastronómico de Aragón y sin apenas deshacer la maleta, me marché a Barcelona donde, problemas técnicos y un buen resfriado, cortesía del aire acondicionado de Renfe, me han tenido desconectada del blog. Ahora toca ponerme al día (tengo varios resúmenes, crónicas y recetas atrasadas por publicar) y preparar la siguiente escapada… ¡la próxima semana me voy a Cuba!

En once días tenemos previsto conocer las dos ciudades más importantes de la isla, Santiago de Cuba y La Habana. Entre ambas, descasaremos tres días en las paradisíacas islas salvajes de Guardalavaca. Aunque no se puede decir que Cuba sea un destino especialmente gastronómico, merece la pena investigar sobre su identidad culinaria, hija del mestizaje post colombino, y de la profunda huella del régimen castrista y el largo, e injusto, embargo internacional.

Tengo gran curiosidad por comer en un paladar, que es el nombre que reciben las casas particulares, donde sirven comida típica de Cuba a los turistas. Pequeños restaurantes autorizados por el gobierno y regentados por familias, que habilitan parte de su casa como comedor, y que permiten conocer, casi de primera mano, el estilo de vida de cubano y su gastronomía.

Me ha resultado muy curioso descubrir la existencia de un barrio chino en La Habana, resultado de la inmigración en la época colonial, para cubrir el trabajo en las plantaciones de caña de azúcar. Allí hay varios restaurantes chinos y quiero visitar alguno de ellos, para ver el recorrido que ha realizado esta cocina asiática y como se ha fusionado con la caribeña.
Ropa vieja
Para ir abriendo boca, he preparado el que podría ser uno de los platos más conocidos del recetario cubano, la ropa vieja. Una receta que nos devuelve en clave cubana, la receta que partió hace más de quinientos años desde las islas Canarias, y que a su vez está hermanada con el clásico cocido madrileño. Esta receta está basada en la publicada en el blog de recetas cubanas de Marinlyn, My Cuban Traumas

Por cierto, me encantaría recibir cualquier sugerencia sobre dónde comer, tanto en La Habana como en Santiago de Cuba. Gracias!

Ropa vieja
Ingredientes
500 gr. de falda o lomo bajo de ternera
1 cebolla
4 dientes de ajo
1 lata de tomate triturado (180 gr.)
1 pimiento rojo
½ copa de vino de Jerez
Pimienta negra
Comino molido
Aceite de oliva virgen extra
Sal

Elaboración
Guisar la carne de ternera en la olla express, con un poco de agua con sal, durante 20 o 25 minutos, hasta que la carne esté muy tierna y se deshebre con facilidad. Guardar parte del caldo de cocción.
Ropa vieja
Una vez tenemos la carne desmenuzada, la reservamos y vamos preparando el sofrito. Para ello, calentamos 4 o 5 cucharadas de aceite de oliva en una sartén, y en el doramos primero los ajos picados finos, y después incorporamos la cebolla y el pimiento rojo, bien troceados. Añadimos una pizca de sal y dejamos que las verduras suden. Cuando estén ligeramente blandas, añadimos el tomate triturado y el vino de Jerez, y dejamos que reduzca un poco.

Agregar la carne deshilachada y sazonar con un golpe de pimienta negra molida, una pizca de comino y rectificamos el punto de sal. En la receta original, a la salsa se le añade una taza de caldo de la cocción, en mi caso como tomate tenía bastante agua, no le añadí más líquido. Dejar reducir la salsa hasta que tenga la consistencia deseada, 10 o 15 minutos.
Guarnecer la ropa vieja con arroz blanco cocido, salteado con un poquito de aceite de oliva con ajo picado muy fino.Ropa vieja