viernes, diciembre 22, 2006

Garbancita os desea felices fiestas

Otro año más la Navidad me ha pillado a traición y no será porque no avisa. Pero es que yo la ignoro hasta el último momento y después me da por hacerme la sorprendida. De pronto me da pereza sacar la parte más familiar de mí, ser cariñosa y complaciente porque si. De repente sin venir a cuento te encuentras en una mesa lujosamente ilustrada, sentada junto a personajes a los que no te apetece nada tratar; el intolerante de tu cuñado, la petarda de tu sobrina, la bruja de tu suegra… Para añadir un toque de emoción más a lo que supone mezclar personas tan dispares, vamos y lo maridamos todo con una serie de bebidas de carácter alcohólico, que lejos de sacar lo mejor de nosotros, activara a ese guerrero que todos llevamos dentro. Unos días de amor y paz, en los que las discusiones por política, herencias, filosofía de vida, dinero, etc., crearán el ambiente perfecto para el parricidio o para que el abuelo acabe borracho y llorando, porque este año dice que por fin se muere.

Creo que mejor que desearos paz y amor, os voy a dedicar un consejo del genial
Leonado da Vinci, un brillante gastrónomo que dejó en el “Código Romanoff” un legado de su amor por el arte culinario. Una aspecto poco conocido del polifacético Leonardo, que se recoge en el libro “Notas de cocina de Leonardo da Vinci”. A mi juicio, esta es la receta más navideña del libro. Que la disfrutéis!

De la manera correcta de sentar un asesino a la mesa
Si hay un asesinato planeado para la comida, entonces lo más decoroso es que el asesino tome asiento junto a aquel que será objeto de su arte (y que se sitúe a la izquierda o a la derecha dependerá del método del asesino), pues de esta forma no interrumpirá tanto la conversación si la realización de este hecho se limita a una zona pequeña. En verdad, la fama de Ambroglio Descarte, el principal asesino de mi señor Cesare Borgia, se debe en gran medida a su habilidad para realizar su tarea sin que lo advierta ninguno de los comensales y, menos aún, que sean importunados por sus acciones.

Después de que el cadáver (y las manchas de sangre, de haberlas) haya sido retirado por los servidores, es costumbre que el asesino también se retire de la mesa, pues su presencia en ocasiones puede perturbar las digestiones de las personas que se encuentran sentadas a su lado, y en ese punto un buen anfitrión tendrá siempre un nuevo invitado, quien habrá esperado fuera, dispuesto a sentarse a la mesa en ese momento.


Para que nadie me acuse de belicosa y de tener el mismo espíritu navideño que El Grinch, aquí tenéis un truco de magia que os convertirá en el centro de atención de la mesa y servirá para descongestionar esos momentos tensos en los que tu tía, completamente borracha, cuenta que tu primo fuma porros y que su marido le pone los cuernos… ¡FELIZ NAVIDAD!

* La familia descrita en este articulo es ficticia, cualquier parecido con la realidad se trata de una mera coincidencia.



7 comentarios:

Marisa Beato dijo...

Menos mal que mi familia es tan anormal que no ocurre nada de eso en nuestras cenas navideñas.Comoe stamos como cabras nos reimos mucho :-D
Diviertete si asi lo deseas, querida garbancita, y nos seguimos leyendo.
Besos gordos

kuka dijo...

Boas Festas Garbancita.

avental dijo...

Feliz Navidad, Garbancita, pero llena de risas y buenas intenciones :)

BELMAR dijo...

felicidades Garbancita...!!!

Anónimo dijo...

Felices Fiestas !

Unknown dijo...

FELIZ NAVIDAD!! Espero que cada uno de tus deseos se haga realidad y que pases esta fecha rodeada de las personas que amas...

Anónimo dijo...

Hola Garbancita,
He sobrevivido a las comidas navideñas!!!aunque aún me queda la cena de fin de año...
¿Qué tal te ha ido a tí?
Petonets