Guipuzcoa, además de ser uno de los enclaves gastronómicos más importantes del mundo, es uno de los lugares donde más restaurantes por habitante hay. Con tan surtida oferta, muchas veces es complicado decidirse por donde disfrutar de una buena comida. Una excelente opción si queréis acertar y disfrutar de un menú completo y de nivel, es visitar el Restaurante Illarra, (situado en el barrio de Beiro, en Donosti). En el precioso y tranquilo caserío donde se ubica el restaurante, se ofrece a los clientes dos cartas de diferentes estilos, tradicional por un lado y de cocina de autor por otro.
Asís Villalobos es el joven cocinero encargado del diseño y elaboración de los platos de un restaurante que en 2006 consiguió el Premio a la mejor receta, en el concurso gastronómico nacional convocado por Martín Berasategui y Bodegas Juan Alcorta, por el plato Oreja de cerdo, rellena de foie y manzana Grand Smith.
Josean Eizmendi, el encantador propietario del restaurante, es también el encargado de sala, donde además de ejercer de anfitrión, te hará sentir como si estuvieses en tu propia casa.
El menú degustación fue diseñado por Asís y Josean para la ocasión y consistió en los siguientes platos.
Como aperitivo de casa nos sirvieron un refrescante salmorejo cordobés con un topping de jamón crujiente y acompañado de brotes de lenteja.
Continuamos con un dúo de ravioli crujiente de morcilla dulce con miel y piñones, acompañada de un parmentier muy etérea, a base de una emulsión de patata y clara, sobre el que descansaba una yema cruda de huevo, aderezada con aceite de trufa y sal de perejil.
El festín siguió con una ensalada tibia de trompetas de la muerte acompañadas de unos carabineros fresquísimos llegados de Huelva con un bouquet de lechugas y pétalos de margarita. Aliñado con vinagreta de cacao con aceite de sésamo negro, aceite de almendras y sal ahumada. Una interesante apuesta la de combinar el cacao amargo como aderezo de una ensalada, que da un resultado sorprendentemente agradable y rico en matices.
Sabroso y muy jugoso el lomo de mero, cocinado en su punto justo, con emulsión de azafrán y ajo, acompañado de un surtido de verduritas tiernas. Dándole volumen y frescura al plato un aire dulce de cítricos.
Contundencia de sabor y melosidad de textura en el cochinillo asado a baja tempera. Guarnecido de col lombarda caramelizada con toques de canela y pasas y pickle de rábano. Para darle un contrapunto gustativo, unas líneas de mostaza en grano con miel.
Mi amiga Cindy quiso desmarcarse con la carne y pidió un tierno solomillo con foie, con salsa del mismo y que compartía plato con unos interesantes linguini de alubias verdes o vainas como las denominan en Guipúzcoa. Un ejercicio práctico de la denominada trashcooking (termino ideado por Philippe Regol para designar la cocina elaborada con productos de desecho), en el que se ha utilizado las hebras laterales de las vainas, que cocinadas al dente hacen de un aparente desperdicio, un suculento acompañamiento.
El postre consistió en un strudel de mango, con toques sutilmente fragantes y muy levemente picantes del chile, salseado con chocolate. Acompañado de helado de cereza negra y leche reducida de coco natural. Plato donde se refleja las influencias mejicanas que Asís tiene de su trabajo realizado allí durante varios años.
Disfrutamos de forma totalmente anárquica dos buenos vinos, un albariño Mar de frades y un Ceres, D.O. Ribera del Duero.
Si pulsáis sobre las fotos, podréis ver la carta completa. El precio aproximado por persona es de 40-50€, bodega a parte.
Restaurante Illarra - Como llegar
C/ Illarra nº 97
Donosti – San Sebastián
943 214 894
Asís Villalobos es el joven cocinero encargado del diseño y elaboración de los platos de un restaurante que en 2006 consiguió el Premio a la mejor receta, en el concurso gastronómico nacional convocado por Martín Berasategui y Bodegas Juan Alcorta, por el plato Oreja de cerdo, rellena de foie y manzana Grand Smith.
Josean Eizmendi, el encantador propietario del restaurante, es también el encargado de sala, donde además de ejercer de anfitrión, te hará sentir como si estuvieses en tu propia casa.
El menú degustación fue diseñado por Asís y Josean para la ocasión y consistió en los siguientes platos.
Como aperitivo de casa nos sirvieron un refrescante salmorejo cordobés con un topping de jamón crujiente y acompañado de brotes de lenteja.
Continuamos con un dúo de ravioli crujiente de morcilla dulce con miel y piñones, acompañada de un parmentier muy etérea, a base de una emulsión de patata y clara, sobre el que descansaba una yema cruda de huevo, aderezada con aceite de trufa y sal de perejil.
El festín siguió con una ensalada tibia de trompetas de la muerte acompañadas de unos carabineros fresquísimos llegados de Huelva con un bouquet de lechugas y pétalos de margarita. Aliñado con vinagreta de cacao con aceite de sésamo negro, aceite de almendras y sal ahumada. Una interesante apuesta la de combinar el cacao amargo como aderezo de una ensalada, que da un resultado sorprendentemente agradable y rico en matices.
Sabroso y muy jugoso el lomo de mero, cocinado en su punto justo, con emulsión de azafrán y ajo, acompañado de un surtido de verduritas tiernas. Dándole volumen y frescura al plato un aire dulce de cítricos.
Contundencia de sabor y melosidad de textura en el cochinillo asado a baja tempera. Guarnecido de col lombarda caramelizada con toques de canela y pasas y pickle de rábano. Para darle un contrapunto gustativo, unas líneas de mostaza en grano con miel.
Mi amiga Cindy quiso desmarcarse con la carne y pidió un tierno solomillo con foie, con salsa del mismo y que compartía plato con unos interesantes linguini de alubias verdes o vainas como las denominan en Guipúzcoa. Un ejercicio práctico de la denominada trashcooking (termino ideado por Philippe Regol para designar la cocina elaborada con productos de desecho), en el que se ha utilizado las hebras laterales de las vainas, que cocinadas al dente hacen de un aparente desperdicio, un suculento acompañamiento.
El postre consistió en un strudel de mango, con toques sutilmente fragantes y muy levemente picantes del chile, salseado con chocolate. Acompañado de helado de cereza negra y leche reducida de coco natural. Plato donde se refleja las influencias mejicanas que Asís tiene de su trabajo realizado allí durante varios años.
Disfrutamos de forma totalmente anárquica dos buenos vinos, un albariño Mar de frades y un Ceres, D.O. Ribera del Duero.
Si pulsáis sobre las fotos, podréis ver la carta completa. El precio aproximado por persona es de 40-50€, bodega a parte.
Restaurante Illarra - Como llegar
C/ Illarra nº 97
Donosti – San Sebastián
943 214 894
Trabajo ahí al lado (hace poco), el otro día comentábamos donde estaría el "famoso" restaurante, jeje.
ResponderEliminargarbancita...el barrio no será beriyo?es que beiro no me suena en donosti...y lo que son barrios alli, somos cuatro gatos! jajjaj
ResponderEliminara ver si cuando vaya me paso por un par de ellos de "visita" culinaria. Qué buena pinta todo eh?
Es usted una fuente impagable de "inspiración".
ResponderEliminarEntre "el brunch" del Baluarte - que el próximo domingo espero degustar - y esta sugerencia para cuando de resaca sanferminera marchemos para Jazzaldia, buf... no sé cómo agradecérselo.
Muchas y ricas gracias.
Restaurante con encanto, el trato es cordial y familiar, a la par que profesional y agradable. La cocina es tradicional y elaborada con gusto y materias de primera calidad, la carta es completa y dentro de la gran variedad de los vinos y cavas considero que está muy ajustada en los precios.
ResponderEliminarA tener en cuenta las sugerencias de la casa respecto a platos fuera de la carta.
Solo me queda añadir que la relación calidad-precio, me parece excelente, y como colofón final, es muy de agredecer que el propio chef, pase por la mesa para interesarse de la opinión de los comesales, hombre simpático, persona sencilla y que denota un gusto especial por los productos de la huerta y los sabores tradicionales de la verdadera cocina de antes. En fin, que para los amantes de la buena mesa, trato humano y profesionalidad, es un sitio de obligada visita.
Por útimo y a titulo de referencia , diré que fuimos cuatro personas, con variedad de platos , dos botellas de muy buen cava,( a 20 € botella) una de vino de crianza agua y cafés, salimos sobre los 50 € por barba, con ronda extra de cafés y chupito de orujo, por cuenta de la casa.
¿ Se puede pedir mas?.