Que Estambul es una ciudad maravillosa, con preciosas mezquitas y espectaculares atardeceres es algo por casi todos sabido, así que es mejor que me centre en hacer un relato sobre su espectacular y rica gastronomía. He intentado probarlo todo, pero los pocos días que estuvimos allí no han sido suficientes para saborearla tan fondo como me hubiese gustado. Aunque como compensación he podido traerme una gran cantidad de souvenirs culinarios, que me servirán de pasaporte para poder viajar allí de nuevo de vez en cuando.
Uno de los lugares de la ciudad donde un gourmet puede perder su sano juicio es el Bazar de las especias. Colores, olores y sabores apabullan los sentidos. Miles de especias de insinuantes y vivos colores, abarrotan la infinidad de puestos de este mercado cubierto. Con tanta oferta es complicado escoger el mejor lugar donde comprar, así que decidimos comprar en una de las tiendas donde hablaban español, por la comodidad de saber que estábamos comprando. Si alguien está interesado en encontrar ese puesto, sólo hay que buscar este llamativo cartel. Se llama Melissa Baharat y es el puesto nº22 de Misir Çarşisi (Bazar de las especias).Durante casi una hora, el dependiente nos dio todo tipo de explicaciones sobre todas las especias, dulces turcos, infusiones y demás productos disponibles. Tanta amabilidad y eficacia hizo que saliésemos de allí cargados, entre otras cosas, de varias cajas de lokum o delicias turcas y de kral lokum o delicias del sultan, uno de los dulces más representativos de la gastronomía estambulita elaborados a base de miel, frutos secos, esencias y almidón de maíz, que tienen una textura similar a una gominola y un sabor intensamente dulce. Además compramos capullos de rosa para infusionar, te verde con limón e infusión de granada.
Los tomates secos son excelentes, así que nos trajimos unos cuantos paquetes, y también una mezcla de verduras secas especialmente indicado para sopas y platos de pasta. No podía faltar el típico chile picante que ofrecen en todos los restaurantes de la ciudad, en su versión ahumada además de la normal. El sabroso sabor ácido del sumak nos convenció y también se vino con nosotros, junto a unas mezclas de especias especiales para aderezar pescado, patatas fritas y una tercera para el kofte (típicas albóndigas de cordero). Colgando del techo infinidad de verduras secas; berenjenas para rellenar y pequeñas ocras para sopa, me hicieron tilín y las compre también.
Todo lo que compramos nos lo prepararon en paquetes individuales envasados al vacío, y además tuvimos la oportunidad de probar y oler todo lo que nos provocaba curiosidad y queríamos comprar. Quizás otros puestos tenían productos más baratos, pero o no nos entendíamos o no preparaban tan bien las compras. Como nos dejamos una buena cantidad de liras, nos regalaron una generosa bolsa de pistachos del país y unos botecitos de afrodisíaco para echar cinco polvos en una noche (según las instrucciones del potingue).
En la parte exterior del Bazar de las especias hay cientos de tiendas donde venden gran variedad de verduras de aspecto imponente; champiñones del tamaño de una mandarina, cerezas con una erótica piel brillante, pequeñas berenjenas de intenso sabor, aceitunas gigantes, hojas de parra para preparar dolma, además de todo tipo de frutas y verduras de temporada.
Me llamó la atención la pobre oferta de las pescaderías en la zona del Bazar de las especias, que solamente tenían los típicos peces de piscifactoría, algo extraño siendo una ciudad marítima. Hay que reconocer que los establecimientos y los métodos de conservación son más que peculiares. Aunque no llegamos a ver el mercado del pescado, si que pudimos ver pescaderías mejor surtidas en el barrio de Beyoglu, donde degustamos los mejillones rellenos, de los que hablaré en otro post.
Otro de los productos estrellas es el queso y las muchísimas variedades en las que se puede degustar. En su gran mayoría están elaborados con leche de cabra y/u oveja, y particularmente los encuentro un tanto salados, y no son especialmente sabrosos. El último día tan pronto como abrieron el bazar, hicimos acopio de todos los quesos que nos fue posible trasportar, para poderlos disfrutar en casa. Compramos un trozo de van otlu peynir, un queso blanco con hierbas, otro trozo de trakya eski kasar al que llaman en algunos restaurantes el parmesano turco, uno llamado orgu peynir con forma de trenza y otro de nombre abaza peyniri, que tiene hierbas y especias picantes.
También compramos un trozo de pastirma, una carne de vaca seca y recubierta de una dura capa de especias, que permite que se conserve durante largo tiempo. Su textura es un poco más dura que la del lomo embuchado y su sabor especiado y fuerte.
Otro de los básicos en Estambul son los baklawa, de los que también vinimos convenientemente surtidos. Personalmente los de nuez son mis favoritos, pero a los turkos parece apasionarles el pistacho. Es más que sorprendente la capacidad de ingerir azúcar del pueblo turco. Sinceramente, con un pequeño trozo de backlava o de lokum yo ya estoy al borde de un ataque diabético.
El mercado callejero que hay entre los dos bazares es un lugar estupendo para perderse y disfrutar de lo singular de los establecimientos. El mercado está organizado por áreas temáticas de productos, algunas de ellas de lo más singulares, como la zona donde sólo venden maniquís o en la que únicamente venden bolígrafos. Encontramos una tienda especializada en material de pastelería y cocina, donde compramos a muy buen precio varios aros para emplatar y unos curiosos palillos para pinchos con el típico ojo turco de la fortuna. Tuve que controlar mis impulsos al ver una ingeniosa máquina para hacer perfectos dolmas.
También compré algo de menaje, en concreto unos cuencos turcos supernacionalistas y otros inspirados en las preciosas baldosas de la Mezquita azul. Mi consejo es que no compréis vajilla en Kapali Çarşisi (El Gran Bazar), aunque es difícil resistir el impulso. La podéis encontrar mucho más barata en el barrio europeo de Beyoglu, aunque eso es algo que nosotros descubrimos demasiado tarde.Mi espíritu detectivesco hizo que entrase en un Día% a investigar que productos vendían y me tropecé con este misterioso limón tuzu. Creo que se utiliza para condimentar los mezze a base de yogurt, pero si alguien conoce su finalidad, agradecería que me lo contase.
Las últimas liras turcas las invertí en comprar todas las revistas turcas de cocina que pude encontrar en una librería del aeropuerto. La verdad es que las fotos son fantásticas y las recetas prometen mucho, pero desgraciadamente no se entiende nada de nada (bueno a día de hoy ya sé que berenjena se dice patlican y poco más). Con paciencia y un traductor online, conseguiré entender y llevar a la práctica las recetas.
Uno de los lugares de la ciudad donde un gourmet puede perder su sano juicio es el Bazar de las especias. Colores, olores y sabores apabullan los sentidos. Miles de especias de insinuantes y vivos colores, abarrotan la infinidad de puestos de este mercado cubierto. Con tanta oferta es complicado escoger el mejor lugar donde comprar, así que decidimos comprar en una de las tiendas donde hablaban español, por la comodidad de saber que estábamos comprando. Si alguien está interesado en encontrar ese puesto, sólo hay que buscar este llamativo cartel. Se llama Melissa Baharat y es el puesto nº22 de Misir Çarşisi (Bazar de las especias).Durante casi una hora, el dependiente nos dio todo tipo de explicaciones sobre todas las especias, dulces turcos, infusiones y demás productos disponibles. Tanta amabilidad y eficacia hizo que saliésemos de allí cargados, entre otras cosas, de varias cajas de lokum o delicias turcas y de kral lokum o delicias del sultan, uno de los dulces más representativos de la gastronomía estambulita elaborados a base de miel, frutos secos, esencias y almidón de maíz, que tienen una textura similar a una gominola y un sabor intensamente dulce. Además compramos capullos de rosa para infusionar, te verde con limón e infusión de granada.
Los tomates secos son excelentes, así que nos trajimos unos cuantos paquetes, y también una mezcla de verduras secas especialmente indicado para sopas y platos de pasta. No podía faltar el típico chile picante que ofrecen en todos los restaurantes de la ciudad, en su versión ahumada además de la normal. El sabroso sabor ácido del sumak nos convenció y también se vino con nosotros, junto a unas mezclas de especias especiales para aderezar pescado, patatas fritas y una tercera para el kofte (típicas albóndigas de cordero). Colgando del techo infinidad de verduras secas; berenjenas para rellenar y pequeñas ocras para sopa, me hicieron tilín y las compre también.
Todo lo que compramos nos lo prepararon en paquetes individuales envasados al vacío, y además tuvimos la oportunidad de probar y oler todo lo que nos provocaba curiosidad y queríamos comprar. Quizás otros puestos tenían productos más baratos, pero o no nos entendíamos o no preparaban tan bien las compras. Como nos dejamos una buena cantidad de liras, nos regalaron una generosa bolsa de pistachos del país y unos botecitos de afrodisíaco para echar cinco polvos en una noche (según las instrucciones del potingue).
En la parte exterior del Bazar de las especias hay cientos de tiendas donde venden gran variedad de verduras de aspecto imponente; champiñones del tamaño de una mandarina, cerezas con una erótica piel brillante, pequeñas berenjenas de intenso sabor, aceitunas gigantes, hojas de parra para preparar dolma, además de todo tipo de frutas y verduras de temporada.
Me llamó la atención la pobre oferta de las pescaderías en la zona del Bazar de las especias, que solamente tenían los típicos peces de piscifactoría, algo extraño siendo una ciudad marítima. Hay que reconocer que los establecimientos y los métodos de conservación son más que peculiares. Aunque no llegamos a ver el mercado del pescado, si que pudimos ver pescaderías mejor surtidas en el barrio de Beyoglu, donde degustamos los mejillones rellenos, de los que hablaré en otro post.
Otro de los productos estrellas es el queso y las muchísimas variedades en las que se puede degustar. En su gran mayoría están elaborados con leche de cabra y/u oveja, y particularmente los encuentro un tanto salados, y no son especialmente sabrosos. El último día tan pronto como abrieron el bazar, hicimos acopio de todos los quesos que nos fue posible trasportar, para poderlos disfrutar en casa. Compramos un trozo de van otlu peynir, un queso blanco con hierbas, otro trozo de trakya eski kasar al que llaman en algunos restaurantes el parmesano turco, uno llamado orgu peynir con forma de trenza y otro de nombre abaza peyniri, que tiene hierbas y especias picantes.
También compramos un trozo de pastirma, una carne de vaca seca y recubierta de una dura capa de especias, que permite que se conserve durante largo tiempo. Su textura es un poco más dura que la del lomo embuchado y su sabor especiado y fuerte.
Otro de los básicos en Estambul son los baklawa, de los que también vinimos convenientemente surtidos. Personalmente los de nuez son mis favoritos, pero a los turkos parece apasionarles el pistacho. Es más que sorprendente la capacidad de ingerir azúcar del pueblo turco. Sinceramente, con un pequeño trozo de backlava o de lokum yo ya estoy al borde de un ataque diabético.
El mercado callejero que hay entre los dos bazares es un lugar estupendo para perderse y disfrutar de lo singular de los establecimientos. El mercado está organizado por áreas temáticas de productos, algunas de ellas de lo más singulares, como la zona donde sólo venden maniquís o en la que únicamente venden bolígrafos. Encontramos una tienda especializada en material de pastelería y cocina, donde compramos a muy buen precio varios aros para emplatar y unos curiosos palillos para pinchos con el típico ojo turco de la fortuna. Tuve que controlar mis impulsos al ver una ingeniosa máquina para hacer perfectos dolmas.
También compré algo de menaje, en concreto unos cuencos turcos supernacionalistas y otros inspirados en las preciosas baldosas de la Mezquita azul. Mi consejo es que no compréis vajilla en Kapali Çarşisi (El Gran Bazar), aunque es difícil resistir el impulso. La podéis encontrar mucho más barata en el barrio europeo de Beyoglu, aunque eso es algo que nosotros descubrimos demasiado tarde.Mi espíritu detectivesco hizo que entrase en un Día% a investigar que productos vendían y me tropecé con este misterioso limón tuzu. Creo que se utiliza para condimentar los mezze a base de yogurt, pero si alguien conoce su finalidad, agradecería que me lo contase.
Las últimas liras turcas las invertí en comprar todas las revistas turcas de cocina que pude encontrar en una librería del aeropuerto. La verdad es que las fotos son fantásticas y las recetas prometen mucho, pero desgraciadamente no se entiende nada de nada (bueno a día de hoy ya sé que berenjena se dice patlican y poco más). Con paciencia y un traductor online, conseguiré entender y llevar a la práctica las recetas.
Hola, que lindos recuerdos, hace unos meses estuvimos en Estambul, un viaje hermoso y los sabores inolvidables, hasta el da de hoy nos quedan algunos de los condimnetos que nos trajimos, y los dulces para mi era como estar en el paraiso...
ResponderEliminarun saludo, danieal
Bonito viaje!!!!! Y vaya fotso , que colorista es todo por alli!!
ResponderEliminarMi hermano va este verano, asi que igual le lio para que me traiga unas cuantas cosillas...:)
Estoy verde de la envidia ¡¡¡ con lo que me gusta a mí cotillear cosas exóticas y desconocidas para mí... !!!
ResponderEliminarGracias por dejarnos asomar un poquito a las especias, frutas.. hasta la vejilla. Estoy encantada.
Eres asombrosa!!
ResponderEliminarFantásticas las fotos. Istambul es una de las ciudades donde mejor he comido,y me fue cargada de especias y más.Un post buenísimo, dan ganas de repetir viaje.
ResponderEliminarUn saludo
Estambul es maravillosa. Me costó más días desengancharme de su sabor, de los que estuve allí.
ResponderEliminarAngeles (me has dejado un comentario sobre Estambul en otro post), espero poder publicar en los próximos días más información que puede serte útil ;)
Besos refrescantes para todos
Pedazo viaje!!
ResponderEliminarQue buena pinta todo...
Pintxo
¡¡Para volverse locos!! que maravilla de viaje, y es verdad, que el colorido es íncreíble. Excelentes fotos. Un saludo.
ResponderEliminar¡Bonito viaje! Y gracias por toda esa información tan detallada ;-D Yo tengo entendido que este tipo de quesos, incluido el feta, suelen desalarse en agua cuando son muy salados, el feta se deja casi como el bacalao desalando en la nevera. Por cierto, el limón tuzu, ni idea. Conozco un uso, pero no es "muy culinario", concretamente para realizar el caramelo de depilación (si has visto la película, lo conocerás). Una amiga siria me enseñó una vez a prepararlo y ponía limon tuzu. Le preguntaré a mi tía, la experta en Turquía de la family, si sabe en qué platos se usa.
ResponderEliminarUn saludo
A esto le llamo yo un viaje super, super productivo además de enriquecedor que me encantaría hacer para traer como tú tropecientas mil cosas.
ResponderEliminarHe disfrutado mucho con tus compras.
Besitos :)
Hola garbancita, me paso por aquí bastante a menudo pero nunca había comentado... aunque hoy hago una excepción proque creo que sé para que es tu Limon Tuzu... Me parece que es, en realidad, una especie de "acido cítrico", como el que usa en conservación de conservas y mermeladas - no sé si tendrá alguna otra utilidad, pero desde luego las mermeladas son una de ellas.
ResponderEliminarPor cierto, ya que estoy aquí: Estoy obsesionada con los usos que les diste a las obleas de empanadilla, pero aquí no encuentro en ningún sitio donde comprarlas... ¿Alguien tiene experiencia cambiando la masa de empanadillas por masa de Wan Tan? ¿O una receta fiable para hacer masa de empanadillas?
que recuerdos....estuve 15 dias hace años y si cierro los ojos aún recuerdo olores, ruidos, miradas.... que suerte y que bien que hayais disfrutado tanto. Yo en aquel entonces no tenía blog y no fui de "busqueda" pero si flipé mucho con el bazar de las especias y compré cositas. A ver que tal tu turco para las revistas!jejjeje yo tb tengo diccionario, pero no sé yo....
ResponderEliminarun besin
Dios mio! te has traido la cucina italiana de Estambul!! tiene que ser un flash no entender ni j ;)
ResponderEliminarAlicia, es La Cucina Italiana escrito en perfecto turco de Turquía!
ResponderEliminarAdemás no son recetas italianas como tal. Podría decirse que son recetas... mediterraneas en general.
:D
Astrid, lo del turco es una cosa se locos. Leido no es mucho problema, ya tengo los ingredientes básicos dominados. El problema es oirlo hablar! No hay Mahoma que entienda nada!
A ver si encontramos en Barna algún sitio interesante donde poder encontrar ingredientes turcos ;)
Natalika, gracias por la información sobre el limón tuzu. Ahora ya se que puedo hacer mermeladas y depilarme con ellas, xDDD
Sobre las empanadillas no tengo idea de cual puede ser la receta de la masa, la de alguna empanada gallega por ejemplo?? La idea de las obleas wonton me parece muy buena, investigaré con ella!
Noema, te he hecho caso con el desalado de los queso. Algunos eran imposibles de comer y desalándolos unas horas, he conseguido que sean comestibles. Aunque a los que están más curados como el trakya eski kasar, no se les puede someter a ese proceso.
Besos a todos!
Jajaja - lo de las mermeladas depilatorias me parece un invento impresionante... Estoy tirada por los suelos desde que lo he leído...
ResponderEliminarFelicidades por el artículo! Me ha hecho revivir buenos momentos que pasé con mi pareja en Turquía. Los mercados son espectaculares y es casi inevitable llegar con las maletas llenas de paquestes envasados al vacíoy botecitos llenos de especias aquí desconocidas. Los aromas, embriagadores. Las gentes, encantadoras... Sin embargo, la gastronomía turca me decepcionó. Si quieres, puedes pasar por mi blog y darle un vistazo a mi artículo en "cuines del món".
ResponderEliminarHasta pronto!
Oye monina...
ResponderEliminarA ver si organizas un viaje para blogers de estos que tu haces reina que nos dejas con los dientes afilaos!
Hola,
ResponderEliminarUna buena amiga me dirigió a este blog y concretamente a la recomendaciones sobre souvenirs culinarios de Estambul. Sólo decirte que compré directamente en Melissa Baharat.
Gracias
Querido Anónimo, no sabes cuanto me alegro que te haya servido la recomendación de comprar en Melissa Baharat. Gracias a tu mensaje, he releido lo que escribí en su día sobre Estambul y he podido revivir el viaje de nuevo... que ganas de volver!
ResponderEliminarUn abrazo ;)
Hola guapa! Menudo viaje y acopio,que suerte jamia!!!!
ResponderEliminarSe me han ido mis lindos ; ) ojillos a todo todo ,hasta el suelo por donde pisasteis..si es que antes no era andaluza ni española yo tenia que ser de esos sitios que huelen a especias umm
Mira reinona te comento si no lo hicieron ya que el Limon Tuzu creo (tanto por el aspecto como por el nombre en si ) que es Kuzu un tipo de espesante con muy buenas propiedades es de origen asiatico y aqui lo encontramos en frascos de cristal (muy caro )en dieteticas bajo el nombre de Kuzu.
Metete en San google y pon Kuzu ahí te saldrá todas sus propiedades y tambien para que sirve y modo de empleo.
Salud y suerte ..para nada tengo envidia eh? en todo caso de la sana..y una leche !! jajaja Es broma chica,que me alegro que lo pasaras genial y con todas esas cosillas ,ademas como gusta el curiosear que te traiste cosas que apenas sabes pa que sirven ,yo tambien lo haria jaja.