Una de las mejores cosas de tener amigos cocineros, es irte a comer con ellos. Normalmente son gente con un perfil muy exigente, con muy poco tiempo libre, que busca establecimientos con criterio y que valora el esfuerzo de otros colegas cuando está bien hecho. De hecho, un cocinero puede hacer bueno al crítico gastronómico más duro, si le da por hacer una valoración de un restaurante al que haya ido como cliente y no le haya gustado.
Patxi y Elena son propietarios de Tàbula Gastro&Bar de Burgos, donde además ejercen de jefe de cocina y sala respectivamente. Coincidimos de vacaciones por la misma zona y decidimos quedar para comer en una bodeguita de pescadores de Pasaia, cerca de Donosti. Patxi, como buen guipuzcoano y anfitrión de su tierra, conoce muchos de esos singulares a los que alguien te tiene que llevar y que terminan por suponer un verdadero hallazgo personal.
Todo local que aspire a ser peculiar, cuenta con una presentación que lo hace inolvidable y cuando te cuentan que la humilde y antigua Bodega Muguruza es más conocida internacionalmente como Falcon Crest, es cuando comienza el mito. Una genuina taberna de pescadores que ha ido viendo pasar el tiempo inmutable, sin que una reforma de modernidad mal entendida, ni de ningún otro tipo, le arrancase el alma… a no ser que alguien piense que la máquina tragaperras de la entrada o las dos enormes cámaras de helados Nestlé, lejos de formar parte de su arrebatadora personalidad, desvirtúan su esencia.
Muguruza es de esos sitios donde te dejan claro que tonterías las justas (del estilo de esos locales con dueños bordes y/o singulares, donde a los clientes no nos importa que nos traten de forma peculiar). Ellos ponen las reglas y si decides jugar, te garantizo que vas a salir más que encantado. Su producto viene directa y diariamente de la lonja de Pasaia, donde se escoge el mejor producto fresco que se adapte al precio del menú, cuyo precio es de, agarraros… ¡15€!
La reserva, que se ha de hacer con una o dos semanas de antelación, te da derecho a disfrutar única y exclusivamente de ese menú, más o menos impredecible, que cambia cada día, a excepción de la ensalada de tomate con bonito, anchoas y guindillas con la que comienza la comida. Todo lo demás, además de depender de la oferta pesquera, se sirve frito, gloriosamente frito. Hay que reconocerles a las cocineras de Muguruza, no sólo tener mano escogiendo la materia prima, sino el arte que tienen con la fritura que, siendo para mí una de las mejores técnicas en para cocinar el pescado, no es un registro culinario propio de la zona norte (el pescado no está aliñado). El aceite se cambia constantemente, haciendo, como consecuencia, que ni te enteres de la digestión, además de resultar una fritura perfecta.
La leyenda del Falcon Crest de Pasajes se sustenta en la honestidad del producto y de sus cocineras, que tienen un dominio perfecto de ese “nada más y nada menos” con el que trabajan el pescado. El mantel de papel, las estanterías con conservas, la nevera de helados y la tragaperras terminan de darle ese toque rocambolesco que te hace pensar en una versión a la vasca de una peli de Almodóvar.
Si no tienes reserva y hace buen tiempo, es posible que puedas probar alguna ración de estos productos o bien alguna buena conserva en la terraza, donde suele ser habitual que esté la parroquia pasaitarra de Muguruza. Si hay alguno dispuesto a charlar, que os cuente la movida entre los distritos de Pasajes (Muguruza está en Pasajes de San Pedro y en frente Pasajes de San Juan). Además de odiarse a muerte, al más tierno estilo de Villarriba y Villabajo, lucen distintivos de distintos colores para diferenciarse; Pasajes de San Pedro morado y Pasajes de San Juan Rosa. Sabed que si alguien con un suéter del color equivocado en el lado equivocado de la bahía, recibirá miradas reprobatorias. Una rivalidad pintoresca que le da a la zona un carisma peculiar que, en combinación con la estética de casas, calles y rincones, hace que Pasaia recuerde a la Galia de Asterix y Obelix a lo vasco.
Tomate de temporada con bonito en conserva, anchoas en salazón y guindillas en vinagre |
Anchoas fritas al ajillo |
Rapito rebozado |
Salmonete rebozado |
Rabas de begihaundi (calamar grande) |
Lenguado rebozado |
Muguruza Ardoak (Falcon Crest)
Torre Atze Kalea, 8
Pasai San Pedro - Gipuzkoa
943 39 44 94
Torre Atze Kalea, 8
Pasai San Pedro - Gipuzkoa
943 39 44 94
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