Siempre se habla de la hostelería como uno de los sectores
económicos más importantes del país. Favorecido por el turismo y por nuestra
propia idiosincrasia, este colectivo
emplea a un nutrido surtido de profesionales más allá de cocineros y camareros.
Pero, ¿qué tipo de empresas viven de los restaurantes?
Hace tan solo veinte años, los restaurantes no tenían muchas
opciones, ni necesidades, a la hora de promocionarse. Por un lado estaban las
Páginas Amarillas, que permitían poner un destacado del establecimiento,
llamando así la atención de aquellos que recurriesen a ese socorrido sistema
para escoger un restaurante. Y por otro, los anuncios en los periódicos o, en
su defecto, un publirreportaje en el que el medio hacía una amable crítica del
restaurante.
Un modelo de negocio muy pacífico que permitía centrarse en
cocinar y atender a los clientes lo mejor posible. Pero llegó el fenómeno
digital y las cosas se complicaron sustancialmente. Más o menos a principios de
siglo, todos los restaurantes fueron conscientes de que era necesario estar
presentes en Internet, por lo que necesitaban urgentemente una página web. Por
fin disponían de una forma innovadora, y muy autónoma, de comunicar a sus
clientes una información mucho más amplia y sustancial del establecimiento.
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