Pese a lo absurdo de muchas de las tendencias gastronómicas
que se habían pronosticado para este año, muchas se están cumpliendo de forma
irremediable y global. Un fenómeno que se fundamenta en las redes sociales y en
el codiciado premio de ser el primero en publicar una comida que, en la mayoría
de los casos, tiene más
valor estético que alimentario.
Resulta sorprendente el alcance mediático que puede
conseguir un pequeño establecimiento que cree una elaboración tan sorprendente
que todo el mundo aspire a probarla y, por supuesto, a fotografiarla. La
profecía de la comida negra, elaborada utilizando como ingrediente el
carbón activado, un producto sin sabor, de venta en farmacias, que se usa como
blanqueador, para solucionar problemas de gases intestinales y al que también
se le atribuyen propiedades depurativas, se ha cumplido de manera casi
religiosa.
Panes, helados, macarons, cruasanes, batidos, donuts… (sigue leyendo aquí)
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