martes, junio 06, 2006

Eva & Yo II

Estaba contando que no es que sea tonta (o sí), sino que me indujeron a parecerlo. Haciendo caso al regidor me dediqué a preguntar hasta lo obvio. Y aunque después de grabar, me quedé con una buena sensación, al hacer el pase del vídeo en casa, mis amigos vieron lo evidente. Eva pasa de lo que le digo, ¡pero millas! No se lo reprocho, Eva no es una gran comunicadora y todo su equipo lo sabe (es más, si le prohibiesen decir “y bueno, cuéntame…” se quedaban sin programa). El rodaje en plató transcurrió con normalidad, hasta que al final, al despedirnos suelto una barbaridad de tal calibre, que estaba convencida de que cortarían y repetiríamos. ¡Pues no! Todavía no tengo muy claro si le meto un corte a Eva, o me meto un gol en propia puerta. El caso es que si el Anticristo, que nace hoy, no lo remedia, voy a salir en todos los putos zappings de planeta. Se que parezco muy negativa, pero, en resumen, el rodaje en plató fue una muy buena experiencia.

Otra de las cosas que me llamó la atención cuando ví el programa en la tele, es lo críticos que parecen los invitados con su anfitrión. En vista de ese detalle, nos reunimos los cuatro amigos que salimos en el programa, para ver cómo podíamos evitar lo que en principio parecía una manipulación. Porque me cuesta mucho creer que la gente vaya a la tele a poner verde a su amigo y más cuando le esta invitando a una cena. ¡Más vale que lo hicimos! En los avances del programa, da la sensación de que a mis amigos no les gusta en absoluto la cena, pero viendo el programa completo, se ve que están encantados. Eso sucede en todos y cada uno de los programas que he visto. Se conoce que la “gracia” del programa es saber si el invitado conseguirá quedar bien o no y mientras, crean suspense cuestionando si has conseguido elaborar el plato.

El día 18 se realizo el rodaje en mi casa. La productora esta en Donosti/Orio, a unos 45 min. en autopista hasta Pamplona. El equipo estaba formado por tres redactores, un cámara y el técnico de sonido. Pregunté y ninguno ejercía una labor de liderazgo, no había jefe. El equipo de rodaje se presento las 13h en mi casa, de donde me llevaron a las zonas representativas de la ciudad para grabar la presentación. Lo morrocotudo del asunto es que dan por sentado que tienes tantas ganas de salir en la tele, que estarías dispuesto a hacer lo que te digan por ridículo que sea. Dato que me confirmaron entre charla y charla. Estaban empeñadísimos en que me pusiese el pañuelo de San Fermín, a lo que me negué en rotundo, pese a sus insistencias. De ese tipo, unos cuantos detalles más: planos raros, frases absurdas, poses ridículas… Ahí ya empezó a darme un brote de mala leche. Después del rodaje de la presentación, fuimos a comer. A las 16h, con dos horas de retraso sobre lo previsto, nos vamos al súper a hacer las compras de rigor y mientras me graban haciendo el paripé. En esas estoy, cuando me dirijo a la carnicería le pido a la carnicera el rabo de toro para mi receta… Mi cabreo roza entonces niveles dramáticos. ¡NO HAY RABO DE TORO! 


Yo ya no entiendo nada. Me han vuelto loca con mil llamadas sobre dónde comprar, les he facilitado direcciones y contacto de varios locales para que ellos buscasen donde estaba el producto que yo necesitaría… y al final todo esta sin preparar… Todo, todo, porque tampoco nadie a avisado al frutero de que necesito mango y frambuesas y no tiene en ese momento (aunque finalmente me lo consiguió). Todavía no se a ciencia cierta, si es que son unos chapuceros de alta categoría (los 20 redactores que curran en el programa) o son unos cabrones que, a posta, dejaron esos cabos sin atar. 

Y lo que ya me pone como Spiderman, es que el vídeo lo han montado de forma que parece que yo he sido la tonta que no ha valorado que una carnicería habitualmente no tiene rabo. Cuando unos días antes había encargado uno en Irún para hacer una prueba del plato y tener practica con el (puto) rabo. Al final tuvo que ser mi madre la que se liase la manta a la cabeza y se fuera en busca del rabo perdido. Para acabar encontrando uno de ternera en un estado lamentable. Con eso ya les valía. A todo esto, ninguno de los redactores tenía ni el más mínimo conocimiento de cocina, ni ganas.

Se supone que llevaban todo milimetrado. Todos los comercios estaban coordinados por ellos, de manera en realizaríamos la grabación de la compra entre las 14 y 16 horas. El pobre frutero, después de levantarse a las 4 de la mañana para ir a por fruta al mercado, tuvo que estar dos horas esperando y sin comer, al equipo de rodaje, que llego 3 horas mas tarde de lo acordado, a las 17h. Por supuesto nadie le pidió disculpas... Una cosa es que yo me meta en este fregao y que invierta mí tiempo, que no deja de ser mi problema. Pero no me parece lícito abusar del tiempo de los demás y menos con esa falta de respeto. De la misma forma a mis amigos Gorka y Jaione, les insistieron mil veces que por favor, estuvieran disponibles para las 16h en mi casa. Los pobres iban fatal ese día e hicieron lo imposible para salir del trabajo a tiempo y con todo terminado. Dos horas pasaron en mi casa esperando hasta que llegamos el equipo y yo. El detalle de la puntualidad cobra, todavía mas fuerza al final de la historia.

Mañana os termino de contar
;)

4 comentarios:

Marisa Beato dijo...

Me estás dejando patidifusa. Aun así me gustaría mucho verte en ese programa, ya sabiendo a qué atenerme, sólo por verte.

garbancita dijo...

Un día de estos me lio la manta a la cabeza y lo cuelgo en algún lao. Ya os avisaré.

:*

David Llada dijo...

Así que buscando un rabo por todo Pamplona... :-p

David dijo...

3 redactores, cámara, sonido... y el productor? El productor debería ser quien ejerza de "jefe" y quien se encargue de la "losgística". O sea, que haya rabo donde tiene que haber rabo...