lunes, octubre 30, 2006

Museo de los condimentos en bolsita

Salsas Picantes

Nunca me ha gustado coleccionar nada, me parece algo absurdo y muchas veces pienso en esa pobre gente que comienza con una colección de minisoperas y acaban en su casa sepultados bajo toneladas de basura que son las infinitas colecciones que les ha dado por comenzar, perseguidos por el síndrome de diogenes. A mí también se me podría diagnosticar alguna enfermedad mental grave por almacenar en mi cocina miles de especias, sales, condimentos y salsas. Pero de ahí no paso. Algo mas grave me parece lo de esta gente que se dedica a coleccionar bolsitas de condimentos, como las que te dan en las hamburgueserías para el ketchup y la mostaza.

Mostazas

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que mi cuñado este verano en León se dedicaba a guardarse las bolsitas de azúcar porque llevaban imágenes de pueblos leoneses... No se si lo tiene como costumbre o fue un tic puntual...

Tiriti dijo...

desde siempre tomo el cafe sin azúcar y cuando voy a un cafe, bar, restaurante me llevo el sobrecito de azúcar, no siempre me acuerdo porque no es una mania a tiempo completo y es mas bien discontinua. Tengo un pote grande de vidrio y cuando lo tengo lleno se lo doy a una vecina que trabaja como voluntaria en una parroquia, no se que hace con el azúcar, supongo que lo utiliza para algun comedor público o algo por el estilo. No colecciono azúcar y como dice Doña Col "es un tic puntual". Tampoco lo utilizo en casa porque tengo azúcar y es un producto que solo lo uso para cocinar. Alguna vez muy esporádicamente me ha sacado del azúcar. Tampoco ha venido ninguna vecina con la excusa de pedirme azúcar ¿será porque saben que es de sobre y del "bar los tres primos"?

Anónimo dijo...

La colección más extraña que recuerdo haber oído relacionada con "productos gastronómicos" es la de un amigo que se dedicaba a recopilar los alambres plastificados que sirven para atar las bolsas de pan de molde. Sí, sé que es realmente absurdo y precisamente por eso se lo pregunté. Su justificación es que los colores de dichos alambres van cambiando. En fin, de todo tiene que haber en la viña del señor.

Anónimo dijo...

Conozco a un chico que se dedica a coleccionar sobres de azucarillos, hay veces que he recogido alguno para él, pero casi siempre se me olvida o otras veces pienso “seguro que ya tiene un sobre como éste”, es que tiene tantos. Al principio yo se los llevaba llenos, supongo que porque yo el valor se lo doy al contenido, pero luego me dijo que el azúcar se lo comía como todo el mundo.