jueves, febrero 08, 2007

Lisboa é um pêso na memória I (Turismo)

Lisboa es un peso en la memoria
Muchas son las cosas me llaman la atención de Lisboa. Una de ellas, la poesía destilada de los mensajes escritos en las paredes, mezclada con otros lemas reivindicativos y a veces surrealistas, que salpica los mas diversos puntos de la ciudad y que, entre otras cosas, ha inspirado el título de este artículo.
Aunque de entrada el nombre del mes de enero (janeiro), haga que suene deliciosa la fecha en que visité Lisboa, lo cierto es que han sido los días más fríos que ha vivido la ciudad desde hace 50 años. Los lisboetas apenas daban crédito cuando en algunos puntos de la ciudad, comenzaban a caer copos de nieve. De todos modos, eso no les animado a usar la calefacción y en la mayoría de los restaurantes tuve que comer con abrigo puesto e incluso en alguno, el que llevaba abrigo, era el propio camarero.
Además la sociedad portuguesa en estas fechas está sumida en la división de un referéndum sobre el aborto, que hace que cada esquina este plagada de carteles, encuestadores e informadores sobre el sim ou não al aborto, que culminará este próximo 11 de febrero.
San Antonio Referendum sobre el aborto en Portugal
Lisboa y las recomendaciones previas que algunos me hicisteis, me han hecho plantearme mi falta de sensibilidad para entender la saudade. Me ha sorprendido que la capital de un país de la UE este sumida en semejante dejadez. E incluso, le encuentro un punto irritante que hayan querido otorgarle una etiqueta melancólica a la ciudad para justificar su decadencia. Me choca ver un metro moderno y con un diseño excelente, que hace que no te sientas en el interior de una mina de carbón, con el abandono que sufren algunos puntos históricos de la ciudad.
Los lisboteas son gente excepcionalmente amable. Siempre están dispuestos a echarte una mano y atentos a lo que hablas, se animan a intervenir en la conversación en un casi perfecto castellano. Además los inmigrantes de las antiguas colonias, aportan a la ciudad un toque realmente colorista que me hizo reflexionar profundamente sobre las diferencias de acogida e integración, que hay entre España y Portugal. Otra deliberación que me tuvo cavilando intensamente, es la escasa herencia que Portugal tiene de sus colonias a niveles cultural y gastronómico. Efectivamente, una falta de sensibilidad de la que también se puede acusar a España, pero que en el país luso se me hace más grave por haber mantenido colonias hasta hace relativamente poco tiempo.

Podría resaltar algunos de los rincones más representativos de la ciudad, pero las guías de viaje y los fantásticos artículos que hay en otros blogs, ya recogen todos esos datos. Pero hay dos rincones que me han llamado poderosamente la atención; uno de ellos es el jardín que rodea la
Fundação Calouste Gulbenkian. Repleto de ornamentación botánica, invita a perderse entre sus plataformas de hormigón, para llevarte a rincones insospechados donde encontrarte una cascada amazónica o una escultura de exaltación al prepucio.
Otro de los secretos de Lisboa es la escuela circense Chapitó, desde donde se puede disfrutar de unas increíbles vistas de la ciudad. Escondido en los alrededores del Castello de São Jorge, tras una minúscula puerta ofrece espectáculo, reposo y avituallamiento. Cuenta con una gran terraza con vistas donde disfrutar de un café y de las bajas temperaturas, que no amilanan en absoluto a los visitantes. Restó es el nombre del restaurante, a través el cual financian muchas de las actividades de la escuela. Con una cocina internacional, totalmente prescindible y cara, te proponen disfrutar de una estampa todavía más espectacular que la de la terraza. En las entrañas del edificio se encuentra el pub Bartó, con un ambiente mucho más bohemio puedes saborear múltiples infusiones o un buen vino caliente con canela al calor de la lumbre. Todo esto con el añadido de poder disfrutar de un buen espectáculo o de poder inscribirte en cualquiera de los cursos y actividades que realizan.
Lisboa es una ciudad que se debate entre la grandeza del colonialismo en decadencia y la modernidad obligada de los tiempos actuales. Ojalá el futuro devuelva el esplendor que ciudad merece, sin necesidad de darle brillo con centros comerciales.
Próximamente:
Lisboa é um pêso na memória II (Gastronomía)

8 comentarios:

Doña Col dijo...

que bonitas las fotos... Dan mucha envidia, sobre todo despues de leer tu relato... Estoy deseando leer el segundo

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
garbancita dijo...

En este blog no está permitido hacer campaña sobre el referendum por la ley del aborto en Portugal.

Anónimo dijo...

Lisboa é um pêso na memória...¡qué buena la frase!


Seguramente lo de la saudade será un problema de melancólicos abandonando la juventud. Yo esa decadencia (la hay, claro) la asumo como parte de su identidad.

Jorge Guitián dijo...

Lisboa siempre ha sido decadente. Desde después de la inyección de dinero para la Expo 98, con el abandono posterior debido al terrible déficit, está, además, decaida.

Es algo que, por desgracia, está pasando en todo Portugal, con una crisis económica brutal y una falta de inversiones en infraestructuras terrible. Pero en Lisboa se nota especialmente.

Aún así merece la pena. Y el día que se recuperen y le vuelvan a sacar brillo volverá a ser inolvidable.

Precioso relato. Por cierto, te tomo prestada una foto para el blog.

Anónimo dijo...

Hola,
estoy de acuerdo contigo, yo estuve en la Expo y la Lisboa que vi me recordaba a una España de hace 20 ó 30 años; en lo que no coincido es con lo de la integración: estuve 5 días y no vi ni parejas mixtas ni grupos de amigos mixtos, por ejemplo. Además, los trabajos más bajos los desempeñaban en un porcentaje muy elevado inmigrantes.
Pero está claro que yo sólo puedo contar lo que yo ví, y que no se puede extrapolar a toda la sociedad portuguesa, claro.
Besos y saludos a repartir entre tus lector@s y tú.

garbancita dijo...

Si que los trabajos menos cualificados los desarrollaban inmigrantes, pero también vi a muchos en puestos intelectuales o de más cargo. Mis argumentos los baso, en que vi muchas parejas y grupos de amigos mixtos, bastante más de lo que se puede ver aquí.

No sé, es una percepción basada en 4 días de turismo en una ciudad. Seguro que si hubiera hecho una cuestación, se desvelariían problemas, pero muchos menos que en España.

Muxus Cocinillas ;)

Anónimo dijo...

Eh! qué casualidad!!!!

http://www.mondomochales.com/date/2006/08/