A pesar de que no soy madre, la alimentación infantil es un tema que me tiene algo más que preocupada. Día a día observo con escándalo lo mal que comen los niños y lo poco que preocupa a unos padres, que en muchos casos, evitan tener cualquier tipo de enfrentamiento con las criaturas. Los niños no comen pescado y verduras, porque tampoco los comen sus padres. Y si el niño da mucho la tabarra al darle unas espinacas, pues le damos unas croquetas y listo.
Así hay casos especialmente críticos, como el que se pudo ver hace un tiempo en Super Nanny, un niño de 8 años que sólo comía croquetas y patatas fritas de una marca concreta y jamón de York cortado de una forma determinada, además no tocaba la comida con las manos, porque le producía repugnancia. ¡Casi nada! Recuerdo ese caso, porque parte de la solución al problema, fue que el niño participase en la elaboración de algunos platos que habitualmente ni soñaba con comer. En concreto, al niño le enseñaban a preparar una pizza, amasando la base y escogiendo los ingredientes, luego se la comía tan feliz.
No quiero hacer pedagogía barata, pero el sentido común me dice que si los niños participan en la elaboración de la comida, sea a base de espinacas, atún, macarrones o salchichas, los niños comen. Son curiosos, su paladar es virgen y les gusta investigar sabores y texturas.
Party in my tummy, es uno de los temas de educación alimentaria del programa infantil americano Gabba Gabba. Es un video divertido, con un buen enfoque divulgativo y además muy educativo para esos fenómenos de niños bilingües que tenemos ahora. (Reconozco que los personajes dan cierto repelús, parecen creados bajo los efectos de drogas duras). Segunda parte del video.
Por último, un divertido video sobre niños y bebes que prueban por primera vez el limón.
In my tummy, party, party!
5 comentarios:
Los niños tienen el paladar virgen y la labor de los padres es intentar que tengan un dieta rica y variada. Pero también hay que tener en cuenta que son cabezones y maniáticos. De un día a otro pueden decir que ya no les gusta algo que les encantaba o se niegan a comer algo que solían tomar. En casa les decimos que tienen que probar de todo y luego podrán decir si les gusta o no. La clave es no dejarse llevar y hacer una cocina atractiva para los críos.
En mi época universitaria cuidé niños para sacarme unas perrillas. Sólo tenía que ir a buscarlos a la parada del bus, preparales la comida, darles de comer y bajarlos de nuevo al bus... Reconozco que me lo pasé genial "investigando" con ellos... comían bastante bien para lo que hay por ahí pero les gustaban las sopas, raviollis de bote de una determinada marca y el pollo al'as con patatas de "sobre" de los que era complicado sacarles... al final acabaron comiendo fruta, ensaladas, hígado y un sin fin de cosas que antes o no probaban o había que meterles con embudo... No tengo muy claro como lo hice, pero creo que fue cuestión de paciencia... algo de lo que actualmente los padres (en general) gastan muy poco...
Comparto la apreciación de Doña Col. Lo que hace falta es paciencia y sobre todo ejemplo. Desde luego mi hija come de todo. Tiene 19 meses pero come igual sopa miso que verduras a la plancha que carne que pescado...etc. Es cuestión de paciencia, paciencia y más paciencia combinado con imaginación.
Un besote
Papi
Claro, paciencia. Solo es que después de tener que estar echandole esa paciencia al trabajo, a los compañeros, jefe, etc. no queda mucha paciencia para los crios, y muchas veces lo que menos apetece es estar escuchando berrinches de niños chicos o peor, que después de tirarte una hora en la cocina preprarando la cena, no se dignen a comer y haya que tirarlo... No sé que es más frustrante...
Los niños son maniáticos, cabezones, manipuladores y chantajistas (además de unas bellas criaturas, por supuesto). Con sus triquiñuelas consiguen muchas de las cosas que quieren, pero la alimentación es algo con lo que no se puede negociar (sé de muchos niños que comen de todo en el comedor infantil, pero en casa no hay forma de que coman esos mismos platos). Hay un 14% de niños obesos y un 30% con sobrepeso. Son datos alarmantes y es un claro síntoma de que las cosas se están haciendo mal.
Debería de haber una asignatura en el colegio que educase sobre nutrición y enseñase a los niños a relacionarse con los alimentos a través de la cocina. No se puede dejar a los padres toda la responsabilidad de la educación alimentaria, que supone luchar con la publicidad de los Bollycaos (por citar alguna bestia negra de la alimentación infantil) y la presencia constante e incesante de dulces y golosinas en la vida de los niños. El problema es de índole social y como tal debe de tratarse.
Aún con todo, no pretendo juzgar desde este post la actitud de los padres, soy la persona menos indicada para hacerlo. Sé que cada uno intenta hacerlo lo mejor posible, y que como dice Crisdo, muchos días no tienes la paciencia suficiente como para imponerte y conseguir que tu niño se coma las verduras.
Creo que necesitáis que toda la sociedad colaboremos, para que el día de mañana tengamos adultos sanos y saludables (que nos paguen la jubilación, por cierto xD).
Yo creía que un buen gourmet conseguiría transmitir sin problema esa pasión a sus hijos, hasta que hace poco vi al hijo de un cocinero con estrella Michelín saltarse la comida completa, para acabar comiéndose un Phoskito. Su padre casi lo mata.
Rafa, si hay un bebe que no sea japonés que con 19 años tome sopa de miso, esa sólo podía se Audrey. Te felicito, eres un fenómeno.
Patricia vaya una nodriza estás hecha. ¿Para un mañico/a en la familia?
Doctor Muerte, me suena de haber leído alguna vez en tu blog, que tú cocinabas a veces con tus niños ¿puede ser?
Gracias por vuestras aportaciones. Besos
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