lunes, noviembre 30, 2009

Etiquetas de vino Prêt-à-porter

Homenaje rosado 2009 con el diseño de Amai Rodríguez
Esta claro que vivimos en una era donde el diseño y la modernidad lo inundan todo. Cualquier objeto presente en nuestras vidas está concebido para que lo deseemos, lo hagamos nuestro y nos represente. Hemos pasado de ordenadores cuadrados, grises y grandes, a pequeños modelos sofisticados y elegantes que decoran nuestro entorno. Ese ladrillo que llamábamos walkman se ha convertido en un Ipod, que colocado en el soporte de altavoces luce tanto como cualquier cuadro. Del canapé a base de pan de molde, mayonesa y una gamba cocida, hemos evolucionado a monísimos vasitos, cucharas y brochetas. Atrás quedaron los entremeses de fiambre con una bola de ensaladilla en el centro, como primer plato de una boda… Puede que las hombreras y las tachuelas vuelvan, pero en ciertas cosas hay un punto claro de no retorno.

Lo que no acabo de entender es como a estas alturas algunos sectores sigan presentando sus productos con la misma presencia desde los años 90, 80 e incluso más décadas. Y el caso más representativo de esta falta de contacto con la realidad es del mundo del vino. Etiquetas doradas con motivos heráldicos, imágenes de antiguos grabados de la bodega, rótulos con tipografías de la época de Gutenberg y un sin fin de anacronismos más, son los que les pueden estar impidiendo conectar con un público acostumbrado al diseño y la sofisticación. Los motivos retro funcionan para productos como la levadura Royal, pero cuando el escenario es una modernísima casa con muebles de diseño y decoración de vanguardia, una botella de Marqués de Cáceres encima de la mesa queda como un Cristo como dos pistolas.
Homenaje rosado 2009 con el diseño de Amai Rodríguez

Está claro que hay consumidores para todo tipo de productos, pero algunas empresas están olvidando de que hay productos que no están pensados para todos. Afortunadamente las cosas parecen estar cambiando. Algunas bodegas comienzan a presentar etiquetados juveniles, de esos que cuando los ves en las tiendas se te va la mano a por la botella antes de que tu cabeza pueda imponer un criterio. ¿Volubilidad? Es posible, pero ¿por qué no puedo tener un buen vino en una botella con un buen diseño actualizado? ¿Acaso la sobriedad de un etiquetado trasnochado me garantiza que el vino es mejor? Me consta que las bodegas están deseando llegar a la gente joven, y no lo consiguen por más estrategias que plantean. Quizás no se dan cuenta que el lenguaje que usamos ahora es otro, que la estética es un punto importante y que ese factor bien trabajado, no hace más que sumar puntos a un buen vino.


Una de esas bodegas que parece haber pillado el mensaje es Marco Real. Han decidido no sólo actualizar la etiqueta de unos de sus vinos jóvenes, Homenaje Rosado, sino que lo han hecho además apostando por la creatividad de las nuevas generaciones. Pensando en una imagen moderna, fresca y atrevida Bodegas Marco Real encargó el diseño de una nueva etiqueta a la ganadora del premio El Ego de Cibeles 2009, Amai Rodríguez. Una jovencísima diseñadora gallega que después de sorprender a propios y extraños en la pasarela con sus modelos, ha aceptado el reto de ser la creadora de un diseño totalmente nuevo para este vino rosado. Inspirándose en las fragancias del vino a fresas, moras y frambuesas, e intentando dar continuidad al castillo con colmenas que ha sido siempre la imagen de Marco Real, Amai ha diseñado una botella totalmente rupturista con los diseños anteriores, mucho más atractiva e infinitamente más sugerente. Personalmente el diseño me recordó a una versión naïf de los irreverentes diseños marineros de Gaultier. Incluso el cartel con las máscaras parece evocar los amarres de las góndolas de Venecia. Vamos, muchísimo más de que puede llegar a decirme una sosa y aburrida etiqueta de Viña Salceda.

Amai Rodríguez en la presentación del nuevo diseño de Homenaje Rosado, el pasado 27 de noviembre en Bodegas Marco Real

Es una lástima que el diseño de Amia Rodríguez se haya pensando para una cantidad limitada de botellas, porque sé con toda certeza que si viese esa botella en una tienda, sentiría un auténtico arrebato por comprarla y servirla en mi mesa, ¿tú no?

4 comentarios:

María dijo...

¡Qué voy a decir yo, que hago diseño gráfico! Ja, ja...
Pero has resumido perfectamente para qué sirve el diseño, y es verdad que muchas veces compramos cosas por lo "monas" que son.
Saludos

garbancita dijo...

Gracias María!

La verdad es que los diseñadores os lo currais para que compremos por puro impulso... aunque ahora con la crisis todos parecemos habemos vuelto más reflexivos, no?

Para quien quiera leer opiniones de bodegueros sobre el tema:

Debate sobre etiquetas de diseño en Facebook

Besos!

Esmoquin room dijo...

Anda, no sabía que Amai había hecho una etiqueta para una bodega. Yo era miembro del jurado del Ego, jejejeje, su colección fue chulísima.

Oye, me ha gustado mucho tu blog. Estaba yo buscando un sitio donde ir a cenar hoy en Pamplona y me ha servido de bastante ayuda, jejejeje. ;-)

Un abrazo,
Jose

garbancita dijo...

Genial! Ya me contarás cual has escogido ;)

Con suerte tendrán el vino para el que Amai diseño la etiqueta.

Un besito, Cristina.