Imagino que más de uno va a alucinar cuando sepa que España produce algunas de las mejores frutas tropicales del planeta. Es normal, a mí me pasó. Siempre que pensamos en este tipo de productos la mente se nos va de viaje al Caribe, e imaginamos estampas tan paradisíacas como lejanas (creo que alguno está pensando en culos con tanga en este momento…).
Pues no, queridos. Nosotros también tenemos un trocito de trópico, también paradisiaco, aunque con menos culos exuberantes (eso es así), y también con unas frutas tan increíbles… qué es muy posible que nunca las hayáis visto! No, no se trata de Matrix. Sólo hay que dirigir los ojos al sur de la península, más concretamente a la provincia de Granada, y siendo un poco más precisos a localidades como Almuñecar, Salobreña o Motril, para localizar nuestra Costa Tropical.
Mangos, aguacates, chirimoyas, o payayas son algunas de las fabulosas frutas tropicales que allí se cultivan, gracias a un microclima muy específico que permite el cultivo de estas variedades. La temporada de producción suele oscilar entre septiembre y noviembre, o como en este año en el que se ha adelantado, entre los meses de agosto y octubre.
¿Y cómo es que no nos habíamos enterado de que tenemos semejante tesoro? Pues porqué toda esta magnifica fruta está destinada a la exportación, y mientras aquí nos llega fruta transoceánica que ha sido recogida verde y madurada artificialmente en cámaras de conservación. Estás pensando exactamente lo mismo que yo; en este país somos bobos de remate.
¿Y cómo es que no nos habíamos enterado de que tenemos semejante tesoro? Pues porqué toda esta magnifica fruta está destinada a la exportación, y mientras aquí nos llega fruta transoceánica que ha sido recogida verde y madurada artificialmente en cámaras de conservación. Estás pensando exactamente lo mismo que yo; en este país somos bobos de remate.
Diferentes variedades de mango: Osteen, Atkins y Keitt |
Afortunadamente existen superheroínas como Cynthia que cada año por estas fechas tiene el detalle de mandarme un surtido de mangos, por los que después estaré suspirando más de once meses. Fragancia, sabor, textura… son de una perfección que resulta difícil de creer. Detrás de este prodigio gastronómico, del que me siento infinitamente afortunada de poder disfrutar, está mi ídolo; León, el padre de Cynthia. Un hombre que aprovecha el sol y la humedad de La Axarquia (en la zona más oriental de Málaga y limítrofe con la Costa Tropical), más exactamente en Vélez-Málaga, para cultivar diferentes variedades de mangos.
Las palabras se quedan cortas para dar las gracias a Cynthia, una niña que es un corazón con patas, y a León, ese primoroso agricultor que consigue tan excepcionales frutas. Me estáis haciendo profundamente feliz degustando la selección de mangos que me habéis enviado, pero el amor con el que habéis tenido este detalle tiene un sabor que difícilmente podré olvidar… :’))
¡Gracias a los dos!
2 comentarios:
¡Qué de cosas nos perdemos por no tener conocimiento de su existencia!
Me encantaria comprar estas frutas. ¿Tienen tienda online?
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