Feliz año sidéreo Nº 4.750.002.007!

Un año más el mundo a terminado de dar un giro completo alrededor del sol. Ya hemos dado 365 vueltas sobre nuestro propio eje planetario otra vez. ¡Enhorabuena! hemos llegado a la meta. Las fuerzas centrifugas que mantienen el universo en funcionamiento, nos han llevado de nuevo al punto de partida. A un punto de partida que nunca cambia, pero que cada vez es diferente y nos hace seguir girando en torno a una fuerza que nos domina y que nos sirve de referencia vital.

Este año las fuerzas cósmicas pusieron en marcha una nueva fuerza centrifuga en mi vida. Una energía que ha conseguido mover mi mundo en torno a un nuevo eje. Si, este blog ha sido desde su apertura una fuente inagotable de energía, que ha atraído a todo tipo de personas, experiencias y situaciones.

Quizás os pueda parecer exagerado o puede que penséis que mi vida era tan poco intensa antes de este blog, que el sólo hecho de que alguien me lea, me haga tener todos estos pensamientos egocéntricos. Pero la fuerza de la que hablo no gira en torno a mi, gira en torno a una pasión que hace que muchos de nosotros nos busquemos casi cada día, que compartamos afinidades por encima de grandes diferencias y que experimentemos y compartamos el gran placer que provoca el mundo de la gastronomía en cualquiera de sus expresiones.

A todos los amantes de la cocina y del buen comer, quiero desearos que este año tengáis las mejores 365’2564 rotaciones sobre el eje y alrededor del sol. Que cada giro sea siempre mejor que el anterior.

A Gaia, Amalur, Pachamama o Madre Tierra, como gustéis llamarla, felicidades por su 4.750.0002.007 cumpleaños. ¡Que cumplas muchos más! (y que nosotros te dejemos)