miércoles, abril 18, 2007

El que no llora, no mama

Un buen día Ferrán Adrià pasaba delante de una hamburguesería cutre de su barrio y descubrió algo que le llamo la atención. Encima de las mesas del local reposaban, cual banderillas taurinas, un par de botes singulares, uno de color rojo y otro de color amarillo. En aquellos recipientes el señor hamburguesero, envasaba el ketchup y la mostaza, rellenando una vez tras otra los botes. Los restos resecos que iban quedando en la boquilla de cada envase, hubieran podido contar de forma cronológica la historia del establecimiento, pero el amigo Ferrán no vio eso. Su capacidad de ver más allá de donde otros pueden hacerlo, le llevo a la conclusión de que esos botes serian fantásticos para dosificar salsas en la decoración de sus platos. Así que se apropio del concepto, lo rebautizo como biberón y después enseño su fantástico descubrimiento al mundo.

Mientras en un pueblo de la España profunda, un empresario especializado en productos de plástico, estaba hipotecando su casa por segunda vez, porque el negocio no marchaba bien. La mierda del ketchup envasado en bolsitas, le estaba llevando irremediablemente a la ruina. Hasta que un día la fortuna, sin explicarse muy bien porque, llamó a su puerta y comenzaron a sucederse los pedidos de los botes de plástico para salsas, eso si, en versión transparente, algo raro, pero más barato de producir, así que encantado de la vida. Desde el año 96 ese tío reza cada mañana a San Adrià, que le ha permitido levantar la hipoteca de su casa y comprarse un Mercedes que te cagas con las ganancias.
Esta podría ser más o menos la historia real del biberón, o por lo menos como yo me la imagine después de comprar mi primer biberón. Cinco euros españoles que pagué por cada bote de las narices. Si, supongo que él de la tienda también tendrá un Mercedes. Pero como yo no lo tengo y estoy a años luz de esa experiencia, no me he podido permitir comprar más biberones a ese precio, así que he agudizado el ingenio cosa mala. Lo cierto es que los botes en cuestión se usan en muchas áreas, por ejemplo en la cosmética. Así, gracias a la depilación láser (en ingles ajenas), he podido conseguir algún biberón exactamente igual a los culinarios, que bien lavado e higienizado, me ha servido para dosificar salsas y reducciones. Pero donde he encontrado el verdadera alternativa a los biberones, ha sido en el mundo de la peluquería al por mayor.
Estos botes que pueden ver ustedes en la foto, son envases utilizados en peluquería para las mezclas de tintes y otras pociones. Se pueden conseguir en tiendas especializadas en venta de material de peluquería y se venden en dos tamaños. El de la foto es el grande y cuesta algo menos de un euro y tiene una capacidad aproximada de 250 ml.. El pequeñito, con una capacidad de 60 ml., vale menos de 50 céntimos. Funcionales como los de Adriá y baratos que no veas, además se les puede cortar la boquilla para regular el dosificado. Interesante ¿Qué no?

Aquí va una receta para que estrenéis vuestro biberón Llongueras:

Reducción de moscatel
Ingredientes

Una botella de moscatel, sin pretensiones.
Tiempo de sobra.

Elaboración

Poner el moscatel en una cazuela a fuego lo más lento posible y reducir durante horas, hasta conseguir una textura melosa. Un litro reducirá hasta aproximadamente 100-120 ml. según la textura final.

Ideal para acompañar foies, pates, risottos, helados y crepes.

15 comentarios:

Tacoman dijo...

Al final hay que amoldarse a lo que uno tiene, no nos podemos permitir siempre comprarnos la ultima pijeria que sale de San Adriá.

Los aros de montaje redondos hechos con el recorte de un trozo de botella de refresco redonda funcionan de maravilla.

Bricomania en mi cocina. ;)

Salu2

starbase dijo...

Yo los compro en un cash and carry cerca de mi trabajo y me salen por menos de un euro cada uno.

¿Marca? ¿Qué es eso? :)

Lurka dijo...

Si es que te tengo que querer Garbancita!!! Yo también caí en la tentación de comprarme un cacharro de estos, me costó más barato, no recuerdo exactamente, pero creo que no llegó a los 3 €, y me pareció caro. Pero eso de poder comprar uno de 60 cc por menos de un euro me parece fantástico!!! Además en mi barrio tengo una tienda de venta de productos de peluquería!! Pasaré a preguntar. Alguna otra recomendación ya que voy?? :-D

Anónimo dijo...

Veo que llegaste al final al mismo sitio que yo: a la tienda de cosas para peluqueria.Eso fue hace dos o tres años, y la cara de la peluquera cuando le pregunte si aguantaba bien en el microondas fue un poema..."Que tinte ira a usar este tio" se preguntaria "Rojo fuego?"

milcolores dijo...

Aún no me he comprado ningún biberón, pero ahora se dónde conseguirlo a buen precio ; )

Lena yau dijo...

Lo del biberón Llongueras jajajajaja es genial!

Anónimo dijo...

imaginacion al poder ... basta de la tiranía adriática ... cierto que el pollo tiene un ojo para los negocios cojonudo, pero eso es porque sabe que hay gente que pica y lo compra ...

Anónimo dijo...

Los reducidos de alcohol en general son muy interesantes y sabrosos. Recomiendo especialmente el de Oporto.
Un saludo.

Anónimo dijo...

En cuanto al biberón alternativo me parece una buena idea, algo parecido se puede hacer con las mangas pasteleras, al emplear bolsas de plástico pequeñas ( higienizadas claro). Es una forma económica de crear la típica manga pastelera deshechable.

Anónimo dijo...

Yo en Donosti me compré 2 biberones (en tienda especializada) por 90 cent cada uno. De verdad que existen!

garbancita dijo...

Patxi, a mí también me ha pasado. Alguna vez he pedido directamente un bote de mezclas y me han sacado unas esferas rarísimas, entonces he tenido que explicar para que lo quería y la pobre mujer se quedaba haciendo calceta con la explicación.

El biberón Llongueras hay que decir que bonito no es, tiene un diseño espantoso. A mí me recuerda a los biberones que llevaban las muñecas hace 30 años (aquellos que hacían un efecto como que el muñecos se los acababa, si!).

Anónimo de Donosti, por caridad cristiana, dime donde está esa tienda profesional, que me paso cualquier día y me compro 100 o 200 :D

Anónimo dijo...

Hola,

La tienda está entre el Buen Pastor y el Mercado de San Martin (fnac) en la calle Urbieta. La tienda es vieja pero tienen desde vaporizadores de aceite hasta cazuelas de barro (tambien biberones...).

Espero te sirvan las indicaciones del google maps...

Un saludo!

Margarita dijo...

Por el primero también pagué 4 euros, pero ya encontré una tienda -en Madrid, por Malasaña- donde los venden a menos de 1 euro, eso si no tiene el encanto de tus biberones de Llongueras, jejejejeje

Anónimo dijo...

En Pamplona, ¿dónde los compras?

garbancita dijo...

Disculpa Juan, se me coló tu comentario.

Mira los biberones de peluquería los puedes encontrar en la calla Navarro Villoslada, entre Bergamín y Paulino Caballero. También los tienes en Paseo de García, donde la Plaza Yamaguchi. Ambas tiendas son tiendas de material de peluquería.

El biberón orginal lo tienes en Guibert, la supertienda de la Plaza Merindades.

Un saludo y dilcupa por demorarmen en la respuesta :)