lunes, noviembre 24, 2008

Brunch en el Malbec


Después de hacerme adicta al brunch, en El Café del Baluarte, tenía ganas de probar otro un poco más selecto, de los que ofrecen en los hoteles de cinco estrellas. Había leído una referencia de Lila, sobre el brunch que hacen en Malbec y como está cerca de mi casa en Barcelona, decidí acercarme hace unas semanas.

Malbec es uno de los dos restaurantes que tiene el
Hotel Skipper, situado en el Port Olimpic de Barcelona. Se trata de un local luminoso y amplio, ubicado en la plata baja del hotel, en el cada domingo se sirve un brunch que va adaptando sus platos según la temporada. En esta ocasión gran parte del menú estaba elaborado con setas, el producto estrella de la temporada, junto a boniatos, castañas y los panellets típicos de la fiesta de Todos los Santos.

Para comenzar nos ofrecieron un aperitivo con vermut Izaguirre, acompañado de mejillones en escabeche y boquerones. Después un paseo por las mesas frías, donde degustar un Royal de trompetas de la muerte con foie, Coca de codorniz en escabeche con cebolla dulce y verduritas, Salpicón de marisco, Ostras gallegas (esta vez sin aire de limón), Surtido de ensaladas y encurtidos, o una selección de Quesos D.O. nacionales e internacionales.

Las ostras son el producto estrella del brunch y los comensales se las llevan por docenas a sus mesas. Así que hay que estar atentos, porque además se acaban enseguida. Tengo que decir que, aunque pasables, no se trata de un producto de calidad excepcional, y tampoco estaban excesivamente frescas.

Eché en falta algunos de los platos anunciados en el Menú “Els bolets” y creo que se debe a la falta de público en el brunch. Apenas estábamos 20 personas en el desolado comedor, preparado para más de 100 comensales. Ni las Cigalas salteadas al momento con alioli de membrillo, ni Almejas en salsa verde, ni Pastel de setas salteadas y glasa de carne, ni Noodles de arroz, pechuga de pollo ahumada y “Shitake” con reducción de soja. A cambio una cocinera preparaba en directo navajas y rovellons al momento.


En otra sección se ofrecían productos ibéricos; jamón, chorizo y salchichón. También Focaccia tostada con queso de cabra, espárragos verdes a la parrilla y aceite de trufa, y una selección de panes. En la zona de platos calientes, varías cazuelas de hierro fundido con Civet de jabalí con panceta y chalotas (sin duda uno de los mejores platos, aunque un tanto seco después de tanto tiempo caliente y al aire), Colitas de rape asadas con patatas y Ceps salteados con vinagreta de Trufa, el pescado estaba en su punto a pesar del maltrato de una cocción continua en las mesas calientes, Revozuelos salteados con piñones y bull negro, y Sopa cremosa de “Camagrocs” con virutas de parmesano entre otros. Toda la comida está acompañada por aguas, vinos y cava, que el servicio de sala va reponiendo puntualmente.
La zona de postres Tarta Sacher, Copa a los tres chocolates, Bizcocho con infusión de frutos rojos, Panellets, Tarta de limón, Pastel de calabaza, Gominolas... etc.
En general se trata de un buen brunch pero con cierto margen de mejora, sobre todo en lo concerniente a las temperaturas y a los puntos de cocción. Algún plato como el Royal de trompetas de la muerte con foie, estaba desagradablemente helado, por estar colocado en las mesas refrigeradas. Por otro lado los platos calientes, en su mayoría, estaban excesivamente cocinados y secos, al están continuamente sometidos a una fuente de calor y sin tapar, con lo que perdían toda su humedad. Quizás si la afluencia de publico fuese mayor, los platos se repondrían continuamente y no se correría el peligro de los productos se degraden.

En definitiva es un brunch recomendable para una ocasión especial en que se quiera disfrutar de un local elegante, luminoso y un buffet de gastronomía algo más que aceptable, aunque en esta ocasión no nos resultó sorprendente. El precio total del brunch es de 45€ más IVA.

Queda pendiente una visita al restaurante gastronómico del hotel, Syrah Restaurant, a cargo del cocinero Xavier Gruber, al que conocí cuando todavía trabajaba a las ordenes del recientemente estrellado Jordi Herrera, del Restaurante Manairó, y del que me han hablado muy bien.

7 comentarios:

Carlos Dube dijo...

He leído ambos post sobre tu adicción justificadísima a los brunch. Se nota claramente que en estas dos ofertas hay dos categorías diferentes, pero la verdad, no sé realmente con cuál quedarme.

El brunch lo relaciono con algo informal, pese a que un Domingo a las 12 y después de haber crapuleado ciertos platos quizás me apetezcan menos, y considere un derroche el precio (es que ahora mismo me estoy poniendo en la situación).

Pero vamos tienen todos una pinta excepcional, es más, creo que éste del Melbec, y porque no estábais más, se me antoja considerarlo más un menú degustación en toda regla que un brunch como yo tenía entendido. Tendré que cambiar el chip.

Es sólo una opinión. No sé, probablemente, y sin mucha resaca o revoltuño gástrico, iría a éste.

¡Ah! en ninguno hablas de la calidad de los cafés, y sus posibles variedades, o de las bebidas (tipos de zumos exprimidos, infusiones, aguas).

Gracias Garbancita.

natalika dijo...

Hmm... aquí en Berlín, el brunch de los domingos es una cosa casi de obligación tanto en casa como fuera (hay días en los que incluso me enfado por la imposibilidad de tomarse, a falta de hambre, un café y un croissant en ninguna parte "porque es hora de brunch y no se sirve otra cosa...").

Creo que el del Café de Baluarte se acerca bastante más a mi (personal) idea de brunch, aunque a ambos les falla el precio y les sobra a lo mejor un poquito de actitud "posh", quizá les falte ese aire de "evento para el pueblo raso" que se respira por aquí.

Los platos tienen una pinta espectacular, pero creo que muchos de ellos, no son demasiado prácticos ni robustos para un brunch (lo que tú dices: o demasiado fríos o recocidos y resecos por demasiado calor, etc...).

No parecen tampoco muy aptos para familias von niños (ni por precio ni por oferta comestible...). Es curioso e interesante ver las diferencias y me intriga la evolución que pueda tener el concepto de brunch en España - el de Baluarte lo pienso probar de todos modos cuando esté en Pamplona por Navidad...

Mantennos informados ;-)

garbancita dijo...

Yo sin duda me quedaría con el brunch de El Baluarte, por precio y por tener un carácter más informal. Al ser más reducido, entre 35-40 comensales, todos los platos se reponen constantemente y todo está en su punto exacto de degustación, algo por lo que los responsables del local se preocupan especialmente. Además la posibilidad de poder pedir platos a la carta o un wok recién hecho, es un valor añadido, que no lo tiene cualquier otro local.

El brunch de Malbec, lo veo más para una ocasión en la que hay algo que celebrar y se tiene previsto gastar un poco más que en una comida estándar. Con un gasto medio de 50€, tienes productos de calidad, en cantidad suficiente, en un entorno elegante y sofisticado. El concepto “cava & ostras”, anula cualquier tipo de informalidad, aunque tampoco llega a ser el colmo del elitismo.

Carlos, sobre tu pregunta en referencia a las bebidas, te diré que en El Baluarte está incluido en el precio el cava, y los zumos, que son naturales y están envasados por ellos mismos. Tienen unas combinaciones sorprendentes, como coco con pimienta rosa, naranja con jengibre y mango, o kivi con manzana y melón. El resto de bebidas; aguas, vinos, cafés, etc. se pagan a parte.

Las bebidas en el brunch de Malbec, están todas incluidas: agua, cava, vermut, vino y café. No vi ningún tipo de zumo y tampoco había para elegir entre diferentes tipos y variedades de vino. Allí todo el mundo bebía cava a discreción.

Natalika el brunch de Baluarte lo tienes que probar y ya me contarás. A mí me gustaría probar más estilos de brunch, es un concepto gastronómico que me tiene enganchada y que creo que puede tener mucho futuro en tiempos de crisis. Por cierto, el de El Baluarte ofrece un precio especial para niños de 15€, que además disfrutan de lo lindo viendo como el hielo seco crea una capa de niebla sobre la comida.

Besos a todos!

Carlos Dube dijo...

Muchas gracias por la aclaración, me decantaría entonces por el El Baluarte, lo del wok recién hecho me ha encantado, además las ostras no me hacen mucha gracia. Un saludo.

Anónimo dijo...

Guapa!!! gracias por el link y acordarte de mi. Tienes toda la razón con lo de la afluencia del publico y los riesgos que eso conlleva con la comida todo el rato en la barra caliente... yo fui en la época de la inauguración y algo se nota... sobre tod en la cantidad de gente que había... me encanta confrontar las impresiones y el seguimiento de los lugares por alguien como tu!!!
gracias de nuevo... voy al brunch de El baluarte muerta de ganas...

garbancita dijo...

Un dato que me ha faltado en la crónica, es que ese domingo en cuestión (fin de semana de Todos los Santos), cayeron unas tormentas de campeonato. Nosotros llegamos una hora más tarde de lo previsto, porque no podíamos salir de casa con tanto aguacero. No sé si por ese motivo, había mucha menos gente de cabría esperar.

De todos modos, si esa es la cantidad de público habitual un domingo cualquiera, creo que el brunch de Malbec tiene muy poco futuro. Veinte personas en un local preparado para unas cien, es una perdida económica más que importante.

Ya me contarás Lila, si sabes de algún otro brunch en Barcelona ;)

Un beso guapa.

Doña Col dijo...

Me fue imposible escribir post sobre el Baluarte, pero después de nuesta visita quedé impresinada...
Genial... de modo que me imagino que es dificil superarlo..
Garbancita tienes razón, lo de los zumos es orgásmico... los probé todos y repetí (sobra decir que me gustan mucho los zumos de frutas y verduras en todas sus versiones)... ynada de lo que comimos estaba fuera de su temperatura óptima...