Mugaritz ha celebrado su décimo aniversario, publicando un libro titulado Los “bajos” de la “alta” cocina. Hace unos días me lo tropecé en una librería y decidí comprármelo. Había oído hablar del libro, pero por lo visto no con mucha atención, ya que pensaba que se trataba de un texto sobre cocina. Lo compré sin posibilidad de ver su contenido, porque estaba precintado, y con el texto de la contraportada como referencia
Jamás de los jamases en la historia de la humanidad un triunfador nato (Andoni Luis Adúriz) se había querido juntar con un perdedor de raza (Álvarez Rabo). ¡Jamás! De los perdedores se huye como de la Peste Negra.
Andoni Luis Adúriz no sólo es uno de los mejores cocineros del mundo sino que lo sabe hasta el Papa y todas las mujeres quieren un postre suyo. Álvarez Rabo, en cambio, es un pobre dependiente de la sección de deportes, caza y pesca de unos Grandes Almacenes. Cuando Andoni pasea por el campo buscando hierbas comestibles, todos los pajaritos y ardillas se le posan en su hombro y cabeza mientras silban y cantan de alegría y felicidad. Cuando Álvarez Rabo vuelve del trabajo a la noche, las cucarachas y las ratas se le agarran cariñosamente a los bajos del pantalón para llorar con él su desgracia.
Este libro que está Ud. a punto de comprar, o que ya ha comprado o, si Ud. es un gilipollas profundo, va a volver a dejar en la estantería, es el fruto de la contradicción hecha verbo.
Aquí podrá saborear un potaje de cocineros revueltos entre los que están el Juan Mari Achak, el Panti Santalucía, el Martín Brasategui, o la Carne Ruscapella. Encontrará comensales patéticos que leen el País Semanal cada semana, muchas estrellas Pitilín, recetas ridículas para gente ridícula, metilcelulosa, clembuterol, y demás ingredientes de la “Alta Cocina” a litros, odiosos críticos gastronómicos que dan ganas de envenenar y mucha estupidez por parte de todo Cristo. Al acabarlo sabrá lo que se cuece de verdad en este mundillo y lo “cocidos” que están todos.
Andoni Luis Adúriz no sólo es uno de los mejores cocineros del mundo sino que lo sabe hasta el Papa y todas las mujeres quieren un postre suyo. Álvarez Rabo, en cambio, es un pobre dependiente de la sección de deportes, caza y pesca de unos Grandes Almacenes. Cuando Andoni pasea por el campo buscando hierbas comestibles, todos los pajaritos y ardillas se le posan en su hombro y cabeza mientras silban y cantan de alegría y felicidad. Cuando Álvarez Rabo vuelve del trabajo a la noche, las cucarachas y las ratas se le agarran cariñosamente a los bajos del pantalón para llorar con él su desgracia.
Este libro que está Ud. a punto de comprar, o que ya ha comprado o, si Ud. es un gilipollas profundo, va a volver a dejar en la estantería, es el fruto de la contradicción hecha verbo.
Aquí podrá saborear un potaje de cocineros revueltos entre los que están el Juan Mari Achak, el Panti Santalucía, el Martín Brasategui, o la Carne Ruscapella. Encontrará comensales patéticos que leen el País Semanal cada semana, muchas estrellas Pitilín, recetas ridículas para gente ridícula, metilcelulosa, clembuterol, y demás ingredientes de la “Alta Cocina” a litros, odiosos críticos gastronómicos que dan ganas de envenenar y mucha estupidez por parte de todo Cristo. Al acabarlo sabrá lo que se cuece de verdad en este mundillo y lo “cocidos” que están todos.
Total que al abrir el libro resultó que era un cómic, aunque en la reseña no se mencione ese dato en absoluto. Decepción y un poco de mosqueo; pagar 25€ por un tebeo mal dibujado, me parece un tanto excesivo. Pero bueno, tengo que admitir que la obra me ha gustado. Aunque los dibujos son una castaña pilonga, plantea situaciones divertidas y absurdas dentro de la orbita excéntrica y concéntrica de la alta cocina actual, y uno se ríe un rato. Lo malo es que se lee en un periquete y la compra se amortiza malamente.
Una de las historietas es “Tortur recet”, una forma muy sádica de cocinar una lubina, que consiste más o menos en lo siguiente:
- Cogemos una lubina más viva que un promotor inmobiliario.
- Le metemos en las branquias un pañuelo de seda con agua congelada.
- Seguidamente la introducimos en una cazuela con agua hirviendo.
- La tenemos un minutillo y la sacamos. Le cambiamos el pañuelo de seda por otro con agua congelada.
- La volvemos a meter en el agua hirviendo otro minuto.
- Repetimos esta operación hasta completar diez minutos de cocción. La quitamos el pañuelo y la servimos.
- Al tener su centro vital sin cocer por el agua congelada, la lubina sigue viva, pero cocida. Nos la vamos comiendo mientras da coletazos.
Por estremecedor que parezca, la receta dice el autor que esta basada en hechos reales. Si crees que esta es una forma espeluznante de comer pescado, además de estar en lo cierto, espera porque hay macabradas mucho peores. En el siguiente video, se pude ver como un cocinero japonés prepara sashimi de un pez vivo, que sigue nadando como si nada en su pecera, después de que le hayan sacado los lomos. Zombi fish le llaman…
Una de las historietas es “Tortur recet”, una forma muy sádica de cocinar una lubina, que consiste más o menos en lo siguiente:
- Cogemos una lubina más viva que un promotor inmobiliario.
- Le metemos en las branquias un pañuelo de seda con agua congelada.
- Seguidamente la introducimos en una cazuela con agua hirviendo.
- La tenemos un minutillo y la sacamos. Le cambiamos el pañuelo de seda por otro con agua congelada.
- La volvemos a meter en el agua hirviendo otro minuto.
- Repetimos esta operación hasta completar diez minutos de cocción. La quitamos el pañuelo y la servimos.
- Al tener su centro vital sin cocer por el agua congelada, la lubina sigue viva, pero cocida. Nos la vamos comiendo mientras da coletazos.
Imagen de Christophe, editor del blog No se le puede llamar cocina
Por estremecedor que parezca, la receta dice el autor que esta basada en hechos reales. Si crees que esta es una forma espeluznante de comer pescado, además de estar en lo cierto, espera porque hay macabradas mucho peores. En el siguiente video, se pude ver como un cocinero japonés prepara sashimi de un pez vivo, que sigue nadando como si nada en su pecera, después de que le hayan sacado los lomos. Zombi fish le llaman…
En el blog de Sushiman Ibérico, de donde he sacado este video, podéis ver también como elaborar un sashimi con langosta viva, que yo, ya no tengo estómago para publicar: Sushi muy fresco
5 comentarios:
¡Continuamos con la sincronía! Yo hablé de este tebeo hace apenas unas semanas... Me estoy empezando a asustar :)
si me parece barbaro este metodo!:S
digo me encanta la cultura japonesa desde que era muy pequeña y siempre vi este tipo de cosas que ahora no me asombra por que comprendo muchas cosas de la cultura aun asi sigue siendo una barbaridad para el pobre animal y para el estomago!XD
haha en fin
total seguidora de su blog buenisimo saludos
Querida Mar, somos un par de brujas en el más amplio sentido de la palabra ;)
Pero tú lo reseñaste primero, lo leí en su momento. Yo he querido nada más que resaltar una anécdota del cómic.
Andrea, ya se que los japoneses son para echarles de comer a parte, pero dudo que alguna vez dejen de asombrarme. Los tabúes tan singulares que tienen con el sexo, todavía no ha nacido el psicoterapeuta que los catalogue...
De todos modos creo me comería, sólo por curiosidad cualquiera esos macabro platos :)
joe garbancita, esto es sadismo en estado puro. Dan ganas de hacerse vegetariano, aunque hay que reconocer que ese pescado no puede estar más fresco. Estos japoneses están como cabras
Daniel Campanero
Un diez para el cocinero, jajaja, que jevy, menuda manera de sacar los lomos tan limpia!
Se lo voy a mandar a mi sobrino ahora mismo, esto es gore auténtico!
Saludos.
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