Hace no mucho publicaba una entrada sobre una sal desconocida para mí, sorprendente por su composición y seductora por su color, la sal de vino. El hecho de descubrirla ya me puso los dientes largos y busqué la forma de poder adquirirla (¡pero sino me entra nada más en la cocina!), pero no encontré una forma fácil de comprarla, así claudiqué momentáneamente a la idea. No habían pasado un par de días desde el descubrimiento, estaba yo planchando o haciendo alguna tarea de esas que requieren encefalograma plano, cuando una gran idea trepó hasta mi cerebro. ¿Y porque no hago mi propia sal de vino?
La forma de hacerlo parecía bastante clara; sal, vino y tiempo para que el vino se evaporase, dejando su esencia sanguínea en la sal. Pues dicho y hecho. Aprovechando que todavía hacía frió y estaba usando la calefacción, coloqué la mezcla de sal y vino sobre el radiador. La proporción fue a ojímetro. Que el vino cubriese ligeramente la sal y ya está.
El producto final es una sal con aroma potente a vino, que no llega a ser muy definido en boca, ya que la sal barre cualquier aroma previo. Queda por analizar como sería esa sal, sometida nuevamente al proceso de bañarla en vino y dejar evaporar, una o varias veces, hasta conseguir un color rojo muy intenso y una fragancia mucho más definida. Una segunda fase del experimento, emulando el producto original, pasaría por añadir especias. Las más oportunas me parecen el romero y el tomillo, pero tengo en mente elaborar la “Sal de Tinto de Verano”, añadiendo ralladura de lima y/o limón a la mezcla a evaporar.
La forma de hacerlo parecía bastante clara; sal, vino y tiempo para que el vino se evaporase, dejando su esencia sanguínea en la sal. Pues dicho y hecho. Aprovechando que todavía hacía frió y estaba usando la calefacción, coloqué la mezcla de sal y vino sobre el radiador. La proporción fue a ojímetro. Que el vino cubriese ligeramente la sal y ya está.
El producto final es una sal con aroma potente a vino, que no llega a ser muy definido en boca, ya que la sal barre cualquier aroma previo. Queda por analizar como sería esa sal, sometida nuevamente al proceso de bañarla en vino y dejar evaporar, una o varias veces, hasta conseguir un color rojo muy intenso y una fragancia mucho más definida. Una segunda fase del experimento, emulando el producto original, pasaría por añadir especias. Las más oportunas me parecen el romero y el tomillo, pero tengo en mente elaborar la “Sal de Tinto de Verano”, añadiendo ralladura de lima y/o limón a la mezcla a evaporar.
Ingredientes
Sal marina
Vino tinto
Ambiente calido y seco
Elaboración
1º Paso: Colocar en un bol la sal marina y cubrirlo de vino tinto. Dejar evaporar los días que sea necesario. Mientras ir removiendo la mezcla, con el objetivo que la mezcla sea lo más homogénea posible.
2º Paso: Cuando haya desaparecido toda la humedad por completo, entonces es cuando podemos retirar la sal del bol, descompactándola y dándole soltura a los granos de sal.
Este es el aspecto de la sal. Estéticamente es una sal cautivadora que engaña a la mente, induciendo a pensar que se trata de algo dulce.
8 comentarios:
Hola, saludos desde Venezuela,leo tu blog cada vez que puedo!.. por acá es aún mas dificil conseguir muchos productos de este tipo, de hecho quería preguntarte porque tengo curiosidad por la "sal de apio" la he visto en varias preparaciones pero no la conozco "en persona" (acá no se utiliza!).... que és exáctamente? sal con semillas de apio molidas?....bye, gracias
rj_chirinos@yahoo.com
http://es.wikipedia.org/wiki/Sal_de_apio
con calma enconntré esto...saludos, Ronald
Me ha encantado.
Acabo de descubrir tu blog.
Felicidades, es maravilloso
un saludo
Pues queda muy bonita!!! A lo mejor cogeria mas color si antes redujeses el vino al fuego (ademas asi eliminas el alcohol mas rapidamente).Lo malo es que por aqui ya no hace tiempo de calefaccion...Me acordare para el proximo invierno? :)
Ole, Ole y Ole
Soy un enologo de la rioja y junto al cocinero Toño Alcala ( El Caminante ) trabajamos en desarrollo de una sal a partir de cristales de bitartratos precipitados en los depositos. Estos acidos naturales del vino cristalizan a baja temperatura ( quizas alguna vez los hayais visto pegados al corcho de algun vino blanco ) y luego son resuspendidos y recristalizados en su restaurante con adicion de vino mazuelo y tempranillo. El vino que elaboro se llama Orgullo, por si lo podeis catar algun vez. Un saludo.
Hola, me encanta tu blogger, soy aficionada a la cocina, y es muy muy peligroso leerte eh?¿?¿ y mas despues de los excesos de la navidad, provoca a seguir cometiendo barbaridades!!! voy a probar lo de la sal, lo vi por la tele y me quedé con la intriga...y bueno, mas de una cosa...
un saludo desde ibiza
_IShtAR_ gracias por tu visita!
Viste lo de la sal por la tele? Dónde?
La verdad es que es muy facilona de hacer.
Ah! y que sepas que en el blog hay muy buenas recetas para no perder la linea... bueno y para perderla, también! Jeje
Un besazo!
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