El pasado martes, tuve la oportunidad de hacer una vista al Basque Culinary Center, con un motivo un tanto peculiar, participar en el prototipo de un restaurante efímero, que forma parte de una de las asignaturas de los estudiantes de 3º de Grado de Gastronomía y Artes Culinarias.
Acto Zero, es uno de los varios proyectos, desarrollado por grupos, que se están realizando en unas instalaciones del BCC especialmente diseñadas para ello. Cuentan con su propia cocina, así como un comedor con todas las infraestructuras necesarias, para poder llevarlo a cabo. En la parte docente, varios profesores de encargan de marcar las pautas, dando total libertad a los alumnos para el desarrollo del ejercicio.
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Los alumnos del proyecto culinario Acto Zero |
Los profesores implicados, Izaskun Zurbitu (Gestión y Marketing), Jorge Bretón (Cocina) y Luisa López (Sala), crean un ecosistema en el que los estudiantes tienen la oportunidad de experimentar, sabiendo que una red les protege del impacto de posibles caídas, pero valorando (es un examen para nota) todos los aspectos que han de tenerse en cuenta en la creación y gestión de un concepto gastronómico.
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Estas cocinas, junto a una sala de restaurante totalmente equipada, son las instalaciones que el Basque Culinary Center dispone para llevar a cabo el desarrollo de esta asignatura |
Tuve la oportunidad de poder pasar un rato con ellos en la cocina, antes del servicio, y vivir el ambiente que ellos mismos habían creado para trabajar. El taller experimental, les da la oportunidad de escoger la música que suena en cocina, la que suena en sala durante el pase, la vajilla en la que se representan los platos, el mobiliario y la decoración de la sala, y por supuesto, todo lo relacionado con el menú en cuanto a fondo y forma.
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El profesor Jorge Bretón, con los alumnos de Acto Zero, ayudándoles en el manejo de la Gastrovac, para la elaboración de las papas guisadas |
Me resultó especialmente agradable, poder compartir la comida con el profesor del BCC Iñigo Cojo, cocinero al que hacía años que había perdido la pista y al que me alegró ver convertido en un docente de élite. En nuestra mesa el también cocinero y amigo Luis Salcedo, del Restaurante Remigio de Tudela, un tipo inquieto con el que tengo oportunidad de conversar y debatir sobre gastronomía de forma habitual. Junto a Iñigo, Luis, y uno de sus compañeros del Master en cocina, técnica y producto, fuimos viviendo cada uno de los cuatro actos que componen Acto Zero.
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La sala del restaurante efímero Acto Zero, antes de comenzar el serivicio |
Inspirados en caos, el vicio, las sensaciones marinas o las que podemos vivir cuando vamos al cine, los bloques en los que se dividía el menú, tenían su banda sonora e iban desvelando sorpresas conforme avanzaba el recorrido gastronómico. Un proyecto valiente, que pretende llevar al comensal a una experiencia culinaria, en la que lo habitual queda desterrado, y donde el espectáculo toma las riendas, con la intención de imprimir un recuerdo totalmente diferente.
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Uno de los primeros de los aperitivos, los Nachos Cheddar, colgaban de un globo de helio que había que cortar con unas tijeras |
A nivel personal, me encantó la experiencia por múltiples motivos. Principalmente por estar viviendo algo único en un lugar único, con los alumnos de la primera promoción del BCC. Pero lo que para mí marcaba la diferencia, era tener la oportunidad de dar retorno de lo experimentado al equipo de Acto Zero. No voy a entrar en detalles sobre qué les dije, eso queda entre ellos y yo, pero poder expresar mis opiniones les puede servir para poder ajustar el prototipo, antes de presentarlo oficialmente en las dos siguientes sesiones. Que alguien esté dispuesto a escuchar, lo que de forma constructiva se le propone para mejorar, me hizo sentir altamente implicada con su trabajo y muy agradecida por su actitud.
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El equipo de sala y cocina, conjuntamente, ofrecían y terminaban delante de los clientes algunos de los platos, como estas palomitas cocinadas con nitrógeno y acabadas con sal aromatizada |
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Nitro-pops con sal de algas (o de jengibre) |
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Nachos cheddar (esta es la bolsita es lo que colgaba del globo que se ha visto en fotos anteriores) |
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Refresco a base de cítricos, anís estrellado y azúcar moreno, emulando al refresco de cola |
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Quesadilla de cuitlacoche Huitlacoche es un hongo parasitario del maíz de color negro, muy sabroso |
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Empanadillas de fresa Hechas con algodón de azúcar, relleno de fresa lio y Peta zetas |
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Fish and chips Fritura de morena y batata chip, con alioli de pimentón y tinta calamar |
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Ensalada de algas y rape Wakame y agar con aroma de sésamo negro, ficoide glacial y huevas de tobiko |
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Chipirón sin su tinta Relleno de mollejas y sus patas |
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Riñones y café Caldo de conejo y pollo, riñones de conejos y espuma de café |
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Papas guisadas Patata canaria osmotizada en gastrovac, con humus garbanzo y mojo de chorizo |
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No hay cubiertos para el próximo plato y nos han pedido que usemos el kit de emergencia de debajo de la mesa |
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Alcachofas con panceta Salsa de vino y flor de jazmín |
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Las cosas de los chicos de Acto Zero |
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Presa con edamame y wasabi |
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Puro de mole poblano |
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Fresas-nata-cava Fresas frescas osmotizadas con cava, espuma de cava, pulpa de fresas y flor de sichuan |
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Tiramisú Bizcocho húmedo de café, bizcocho seco de chocolate y amaretto, y obulato de chocolate |
Para más información sobre todas las actividades de los Talleres Experimentales del BCC
http://tallerexperimentalbcc.wordpress.com/
1 comentario:
¿Osmotizado?
http://ilustracionmedica.wordpress.com/2014/09/20/la-osmosis-explicada-a-cocineros/
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