¿Has
escuchado alguna vez que en las noches de tormenta hay que guardar los guisos
en la nevera? Es posible que suene a superchería, pero esta recomendación tiene
su fundamento científico.
En los
días de tormenta, la ionización del aire hace que se aceleren los procesos de
fermentación láctica, haciendo que algunos tipos de bacterias se zampen la glucosa
de los alimentos, produciendo ácido láctico y anhídrido carbónico. Resumiendo,
las puñeteras bacterias se ponen glotonas los días de tormenta y echan la
comida a perder cagándose dentro... Así que haced caso a la recomendación de
guardar en frío los alimentos los días de tormenta y podréis ahorrar algún
disgusto.
Lo
singular es que, hay quien ha usado los inconvenientes de este fenómeno
meteorológico como técnica de elaboración, sorprendentemente que para preparar
un queso. Es en el término asturiano de Porrúa donde, no se sabe si por error o
por fortuna, aprovechan la ionización del ambiente de los días de tormenta para
cuajar la leche del llamado “Queso de trueno”.
Hasta
donde he podido averiguar, estos quesos no tienen circuito comercial, imagino
que será precisamente por esa anomalía en su producción y la incompatibilidad
con la normativa sanitaria. Dicen los que lo han probado que su aroma recuerda
la tierra húmeda, tiene un color amarillo pálido y su sabor está entre el
rancio, el amargo y el agrío.
* El
queso de la foto no tiene nada que ver con el queso de trueno, del que no he
conseguido confirmar cómo es su forma, ni cómo es el proceso de maduración (en
el caso de tenerlo).
2 comentarios:
Muy interesante. No lo sabía.
Muy interesante. No lo sabía.
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