La fuerza centrifuga de los Sanfermines ha terminado por mandarme híperpropulsada a mas de 400 km. de Pamplona. Estas fiestas son un reto para el cuerpo, la mente y el bolsillo, apto sólo para los más valientes, y yo soy de la filosofía de que una retirada a tiempo es una victoria, sobre todo antes de que el hígado acabe por convertírseme en foie. Ahora que ya he dejado de sufrir bicromatismo en rojo y blanco, y mi cuerpo está en merecido reposo, es el momento de hacer una crónica de algunos momentos gastronómicos vividos durante estos días.
El culto de adoración al kalimotxo en Sanfermines, es una tradición tan arraigada como el encierro de la villavesa. Una bebida que marca el ritual iniciático de las fiestas, donde la sangre de una doncella virgen, se sustituye por la mezcla del más barato de los vinos, con refresco de cola en envase de gran formato (nunca menos de litro y medio). No se sabe de ningún pamplonica que no haya pillado su primera borrachera sanferminera a base de esta gloriosa bebida.
Un combinado que el año pasado sirvió de inspiración para el tema “El kalimotxo de mama”, interpretado y vomitado por Pablo Carbonell, bajo la dirección artística de Mikel Urmeneta, alma Mater de la firma Kukusumuxu, cuya pretensión era la de glorificar el kalimotxo, caído en desgracia en los últimos tiempos y marginado al botellón.
Y es por eso que, Urmeneta se ha propuesto una dura labor de evangelización del kalimotxo, para devolverle el prestigio de tiempos pasados. Una doctrina que pretende reconvertir a todos aquellos que en su juventud disfrutaban del kalimotxo y ahora toman tónica con ginebra de importación, olvidando el mensaje de populismo y amor que predica el kalimotxo. ¿Acaso hay algo más hermoso que compartir un katxi de este delicioso brebaje?
Con la ayuda de San José Andrés Apóstol y en un intento de redimir a los pecadores, el kalimotxo ha resucitado reconvertido en su versión gastronómica: el kulumutxu. Ese es el complicado nombre de la creación epistolar de José Andrés, que se trata de un sorbete de kalimotxo, servido sobre medio limón helado con topping de petazetas.
Así pues, los pamplonicas fueron convocados el día de San Fermín, para celebrar una eucaristía oficiada por José Andrés, donde se repartieron kulumutxus como si fuesen hostias. Caras conocidas las de los monaguillos, que resultaron ser los incipientes cocineros Rubén Goñi, David Martínez (corresponsal gnomo) y su profesor Carlos Ruiz de Vergara.
Al Concilio Kalimotxo II, asistió también Juan Mari Arzak que completamente atrapado por la fuerza gravitatoria de la fiesta, comulgó con kulumutxu junto con los evangelistas José Andrés, Mikel Urmeneta y J.M. Idoate. Mister Testis hizo su función de trinomio de la Santísima Trinidad, velando por la inmoralidad del acto. Un divertido y sentido homenaje al esta bebida que tan gratos momentos nos ha dado.
5 comentarios:
¡¡¡ Menuda troupe !!! Y se nota que se lo están pasando en grande... Me encanta el nombre (Kulumutxu) y me encanta ver que la gente se lo pasa tan bien, le da un poco de humanidad a la imagen de "figurones" que tenemos de alguna de las eminencias que aparecen en las fotos.
Divertidísimo reportaje.
Y unas ganas tremendas que me han dado de probar el "kulumutxu" ¡¡¡ a las 9 de la mañana !!! (Pobre de mi) ;-)
Completamente de acuerdo con Morgana, menudo fiestón parecen estar dándose y el invento debe estar rico,o es que hasta hora tengo mucho hambre. :-D
Besos
Garbancita me encantaría me explicases la elaboración del Kulumutxu,para poder poder sorprendrer a mis invitados en casa.
Muchas gracias
Paula
Je je, muy bueno el post.
La foto de Arzak con gafas es de lo mejorcito que he visto en un tiempo. Muy grande.
Un saludo.
P.
Arzak llevaba una melopea encima de mucho cuidado... bueno, como casi todos los que estabamos por allí XD
Ese día descubrí el lado golfo de los cocineros, por que al salir del evento me encontré con Andoni Luís Adúriz, que también estaba de marcha por Pamplona, aunque mucho más formal.
Paula, la receta del kulumutxu seria más o menos así:
Haces un kalimotxo con la proporción que más te guste de vino y cocacola (usa un buen vino, para que tenga mejor sabor). Si tienes sorbetera o heladora, sigues los mismos pasos que para hacer un sorbete, sino metes la mezcla al congelador y cada hora la sacas y trituras con el accesorio de la batidora. Así tres o cuatro veces, hasta que tenga la textura apropiada.
Para el kulumutxu se usaron cascaras de medios limones congelados como recipiente, pero sólo es una idea de presentación.
Lo sirves en bolas, con un chorrito de cocacola y unos petazetas por encima (cuidado que saltan como demonios).
Ya me dirás que tal te sale ;)
Muxus a todos!
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